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CANARIAS7 / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 11 de junio 2020, 10:53
El ministerio de Educación recoge en 26 páginas el protocolo con las medidas de seguridad e higiene para prevenir el coronavirus para el próximo curso, que entre otros aspectos contempla que los menores de 10 años y sus profesores pueden ir sin mascarilla, que se pueda dar clase en el parque, que los alumnos coman en el aula y que haya un ‘equipo Covid-19’ en cada escuela, según el documento al que ha tenido acceso El Mundo,
La ministra de Educación, Isabel Celaá, debate hoy jueves el protocolo con los consejeros autonómicos en la Conferencia Sectorial de Educación, en el que planteará que en septiembre todos los alumnos vayan al colegio –antes abogaba por que una mitad trabajara de forma presencial y otra desde casa–; que las ratios sean de hasta 20 alumnos por aula –frente a los 15 inicialmente previstos–; que se rebaje la distancia de seguridad de dos metros a 1,5 para los mayores y ninguna para los pequeños; y que se relaje la obligatoriedad de llevar mascarillas.
Según adelanta El Mundo, estos son algunos de los puntos que recoge el protocolo y que serán motivo de debate hoy:
Habrá un equipo Covid-19 en cada centro educativo formado por «la dirección, la secretaría, uno o varios miembros del equipo docente, un miembro del servicio de limpieza y representación de las familias y el alumnado, que garantice el cumplimiento de los principios básicos y que toda la comunidad educativa está informada de su implementación». Además, cada centro deberá elaborar planes de contingencia y de inicio de curso a los que sindicatos como CCOO se oponen: «Es una tarea que compete a las comunidades autónomas».
El protocolo insta a introducir una educación en salud, que antes no existía, en el día a día de los alumnos: «Conviene realizar un recordatorio al inicio de la mañana de las medidas básicas de prevención e higiene. Además, se puede trabajar en las tutorías o incluyéndose de manera transversal en otras asignaturas».
Las ratios de alumnos por aula se reducen, pero no tanto como quería el Gobierno. Celaá las plantea, de Infantil a 4º de Primaria, como «burbujas» o «grupos de convivencia estable» de hasta 20 alumnos que socializan entre ellos «sin mantener la distancia interpersonal de forma estricta» y «evitando la interacción con otros grupos del centro educativo». La separación, por tanto, deja de ser obligatoria para los menores de 10 años. Y para los mayores se reduce de dos a 1,5 metros.
Para acoger a los niños que se han quedado fuera de esas «burbujas», el protocolo insta a crear miniaulas «con mamparas» dentro de los comedores, gimnasios y salones de actos de los colegios; habilitar también los patios, «sobre todo si cuentan con techado y lonas que permitan su adaptación climatológica», y recurrir a «parques cercanos», «centros culturales», «polideportivos» y «ludotecas» del municipio. No se concretan los criterios para ubicar a unos alumnos en aulas convencionales y a otros en estos espacios improvisados, para los que habrá que pedir permiso a los ayuntamientos.
El servicio de comedor cambia de arriba abajo: «Se podrán utilizar las propias aulas para comer, sirviendo la comida en ellas con la utilización de carros con bandejas (a poder ser posible, carros calientes), de forma que se mantengan los grupos de convivencia estable». Con los menores de 10 años, se organizarán el espacio del comedor y los horarios de forma que cada «grupo de convivencia estable» tenga «su turno y espacio propio» para comer. Para los mayores de 10 años, la disposición de las mesas y sillas en el comedor debería guardar la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros.
Celaá dio a entender este miércoles que no se podrá jugar a la pelota. El juego estará perfectamente pautado y dividido: «Se debe organizar el tiempo de recreo y patio, aumentando los turnos y debiendo prevalecer el criterio de que salgan los grupos de convivencia estables, de manera que no coincidan en la misma hora y espacio alumnos de grupos diferentes, para procurar minimizar la interacción entre grupos». Esos niños que en la escuela se separan son los que luego se juntarán a la salida del colegio.
El protocolo dice que la mascarilla «será de tipo higiénico y, siempre que sea posible, reutilizable». Insta a las comunidades a surtir a los centros para que se sirva de ellas «el profesorado y para poder reponer las del alumnado, en caso de necesidad u olvido». Pero luego queda claro que tampoco van a necesitarse mucho, aunque la casuística es enrevesada y difícil de memorizar.
Hasta ahora se decía que la mascarilla se llevara siempre que no se pudiera respetar la distancia de seguridad -que era de dos metros-. Ya no será obligatoria en Infantil y de 1º a 4º de Primaria, «tampoco será necesario su uso si se está con el grupo estable de convivencia», aunque, si se sale del mismo, «se deberá llevar puesta cuando no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros».
El uso será «voluntario» para los profesores de estos niños, aunque «obligatorio cuando estén fuera del grupo y cuando no se pueda mantener la distancia, que en el caso de los docentes se fija en 1,5 metros también». ¿Y para los alumnos mayores de 10 años? A partir de 5º de Primaria, «no será necesaria cuando estén sentados en sus pupitres» a esta distancia. En caso contrario, sí. Y lo mismo para sus profesores.
En el caso de la Educación Infantil de cero a tres años y en la Educación Especial, los trabajadores no tendrán que ir con mascarilla, pero se recomienda que lleven el pelo recogido y eviten anillos, pulseras y colgantes; laven su ropa a diario a alta temperatura, y usen juguetes que se puedan desinfectar de manera sencilla.
«Para limitar el número de personas presentes en un espacio simultáneamente, se evitarán las asambleas o reuniones presenciales», unos encuentros esenciales para los docentes. Los eventos deportivos o celebraciones dentro del centro, en los que esté prevista la asistencia de público, se podrán realizar, pero respetando la distancia y el aforo.
Se priorizará la comunicación con las familias mediante teléfono, correo electrónico, mensajes o correo ordinario para que los padres sólo acudan al colegio «en caso de necesidad o indicación del profesorado o del equipo directivo».
Las entradas y salidas serán escalonadas y se procurará reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro, facilitando en lo posible que sean los profesores quienes acudan al «aula de referencia».
«Se ventilará al menos cinco minutos (mejor 10 minutos si la sala estaba antes ocupada) al inicio de la jornada, al finalizar y, entre clases, siempre que sea posible». Los aseos deberán limpiarse tres veces al día y se hará una desinfección de las superficies cuando cambien los alumnos. Eso va a disparar el gasto, advierten los directores de Fedadi.
«Con el fin de limitar los contactos, se fomentará el transporte activo (andando o bicicleta) y los centros educativos tratarán de fomentar rutas seguras a la escuela». En el transporte escolar -aquí sí- será obligatorio el uso de la mascarilla a partir de los seis años.
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