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Un estudio ha detectado micropartículas antropogénicas en todas las bebidas embotelladas en España analizadas por investigadores del Grupo de Investigación en Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna (ULL) y del Área de Investigación en Seguridad Alimentaria de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio).
El trabajo identificó la concentración de microplásticos y otras partículas en 73 bebidas de marcas habituales en el mercado español; quince aguas minerales, otras tantas cervezas, quince vinos, quince refrescos y otros trece productos -bebidas isotónicas y energéticas, jugos y tés- envasados en botellas de plástico, vidrio, latas y briks.
«La presencia de microplásticos en alimentos está bastante documentada, pero queríamos ver qué encontrábamos en las bebidas del mercado español», señala el científico del AChem Javier Hernández Borges, director de la tesis de Cristina Socas-Hernández, autora principal del trabajo publicado por la revista 'Food Chemistry'.
1.521 partículas, con una concentración media de 42 ítems/L, se hallaron en 73 bebidas estudiadas
95,5 partículas antropogénicas por litro es la concentración media detectada en las cervezas
«Hemos visto que las aguas son las bebidas que menos partículas tienen, con una concentración de 7,2 partículas por litro», explica Hernández. Por contra, las cervezas son las que presentan mayor concentración con 95,5 partículas por litro, seguida del vino (73,5 partículas por litro), bebidas isotónicas, energéticas y tés (27,3 partículas/l.) y los refrescos (22,5).
El tamaño medio de estas partículas fue de 0,5 milímetros en las muestras de agua; de 0,76 mm. en las cervezas; 0,6 mm. en el vino y 0,8 mm. en los refrescos.
La mayoría de las partículas halladas en las bebidas son fibras procedentes de la ropa. «Hay partículas celulósicas que pueden ser naturales como el algodón o el lino y celulosa semisintética, catalogada como microplástico», apunta Hernández.
En este sentido, precisa que entre el 14% y el 22% de las partículas halladas en las bebidas son microplásticos compuestos por poliéster, polietileno, polipropileno, poliamida y poliuretano, entre otros polímeros, mientras que entre un 77% y un 86% son partículas celulósicas, una categoría donde no se distinguen las naturales, las semisintéticas y las sintéticas.
El estudio también calcula la ingesta diaria estimada de microplástico a través de las bebidas. En el caso de los niños, el agua es su principal fuente de ingesta, con 0,050 partículas por kilo de peso corporal y día. «No hay estudios suficientes sobre en qué concentraciones nos pueden afectar estas partículas. Es importante seguir investigando para ver cuál es el nivel de toxicidad por la ingesta de microplásticos», afirma Hernández que recuerda que aún no se han fijado límites legales a estas concentraciones.
Este es uno de los pocos trabajos realizados en España sobre la presencia de microplásticos en las bebidas, salvo un estudio liderado por la Universidad de Alcalá de Henares sobre las aguas de abasto, en el que también participó la ULL. «Comparativamente, hemos visto que las concentraciones de microplásticos en las aguas del grifo son inferiores a las de las bebidas embotelladas», dice el químico analítico.
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Carmen Delia Aranda
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