Los microplásticos, presentes hasta en el agua del chorro de Canarias

En todo caso, la concentración de microplásticos es muy baja y el riesgo para los humanos parece nimio. «Deberíamos beber millones de toneladas de agua para consumir un gramo de microplástico. El impacto en los seres humanos es casi nulo», aclara Gálvez desde la Universidad de Alcalá de Henares.

El trabajo, realizado con la colaboración de una decena de centros de investigación, incluidas las universidades públicas canarias, detectó estas partículas en el agua de abasto de localidades de Galicia, Madrid, Murcia y Cataluña, además de en Canarias.

En el caso de las islas, la concentración de microplásticos fue de 15 micropartículas por metro cúbico de agua, una cantidad similar a la media española de 12,5 microplásticos por metro cúbico, es decir, 0,0125 microplásticos por litro. «Es muy poco, pero no es absolutamente nada. Nadie espera beber microplásticos por muy poca cantidad que sea», explica la investigadora.

«El experimento consistió en instalar filtros de acero inoxidable de 25 micras en grifos de diferentes puntos de España. Por estos filtros se dejó pasar 150 litros en dos momentos distintos, en mayo y julio de 2022», señala Gálvez.

Los filtros se estudiaron en un laboratorio de la Universidad de Alcalá de Henares. Con la ayuda de una lupa de gran potencia, se recogieron una a una las partículas susceptibles de tener origen antrópico.

Luego, se observaron con microscopía infrarroja por transformada de Fourier, capaz de distinguir el plástico de otros materiales artificiales. «El haz infrarrojo incide sobre la partícula y, según los picos del espectro, identificamos el tipo de polímero que es y sabemos si es un plástico o no», dice.

La ciudad donde más microplásticos se detectó fue Madrid, con 30 partículas por metro cúbico, mientras que el agua de abasto con menor concentración de plásticos fue la suministrada en Cartagena, con 7 microplásticos por metro cúbico.

Se desconoce el origen de estas partículas. «Deberíamos centrarnos en cada sitio y evaluarlo», señala la bióloga. En todo caso, recalca que la concentración de microplásticos detectada en España es muy baja. «En China encontraron 1.247 microplásticos por litro. Eso es muchísimo», apunta.

La bióloga Virginia Gálvez, autora principal de la investigación sobre la presencia de microplásticos en el agua de abasto en España publicado en la revista 'Water Research', está inmersa en otro trabajo que dará continuidad al estudio.

«Estamos estudiando la concentración de microplásticos en el agua embotellada. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos ha facilitado una serie de marcas que son las más frecuentes en los supermercados y hemos adaptado el protocolo empleado en el experimento a las botellas de agua para detectar los microplásticos y ver qué diferencias presentan las distintas marcas», explica la investigadora desde un laboratorio de la Universidad de Alcalá de Henares.

Los resultados de este trabajo, de interés para Canarias dado que su población bebe agua embotellada, se conocerán dentro de poco tiempo, «unos dos o tres meses», precisa Gálvez.

La experta en el impacto medioambiental de microplásticos y nanoplásticos aboga por una legislación europea que establezca los parámetros máximos permitidos de concentración de microplásticos en el agua destinada al consumo humano.

Por lo pronto, los científicos, dice, están intentando pactar un protocolo común mundial para poder comparar los resultados de los estudios sobre la concentración de microplásticos en el agua de abasto realizados en distintos países.