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La escalada de contagios de covid-19 en las islas parece imparable y ante las inminentes fiestas de Nochevieja y Reyes el Gobierno canario pretende, al menos, contener la transmisión del virus impidiendo aglomeraciones que se lo pongan fácil a la nueva cepa. De ahí que ayer el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado en la capital grancanaria aprobara la propuesta de Sanidad de solicitar a la justicia el aval que permita implantar el toque de queda durante tres noches: el 31 de diciembre, la madrugada del 1 al 2 de enero y la madrugada de Reyes. Así lo explicó el responsable del área, Blas Trujillo, quien detalló que para las islas en el nivel 2 de alerta sanitaria la restricción de movilidad se aplicaría entre las 02.00 y las 06 .00 horas y para las islas en nivel 3 -y también el 4- entre las 01.00 y las 06.00 horas. Estas restricciones, avanzó, como en ocasiones anteriores tendrá excepciones como la de la compra de medicamentos, motivos laborales o cuidado de mayores, entre otras. «Nuestra comunidad autónoma está en la media de contagios nacional», dijo Trujillo, pero esa media representa «una muy alta transmisibilidad», reconoció.
Que se aplique esta medida depende ahora del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que tiene 72 horas -que expiran el viernes- para resolver la cuestión.
«Son tres noches de movimientos masivos de población», dijo Trujillo, Y el Gobierno canario ha recogido la reclamación de la Federación Canaria de Municipios (Fecam) y de la Federación Canaria de Islas (Fecai) que le manifestaron este lunes a Sanidad su «imposibilidad» de evitar aglomeraciones al tener «sus efectivos mermados» tanto por la covid como por unas plantillas incompletas. La misma dificultad, continuó Trujillo, le ha manifestado la Delegación del Gobierno y el propio Ejecutivo reconoce que el número de efectivos de la Policía Canaria también es insuficiente. Con este panorama, el Gobierno canario estima que el toque de queda es la medida necesaria para evitar «la afluencia masiva de personas».
Al Gobierno no solo le preocupa la sangría de contagios en las islas, que ayer marcaron otro récord con casi 4.000 positivos, sino que el 54% de los contagios detectados en el archipiélago son de la variante ómicron, mucho más transmisible que las anteriores.
Además, añadió, las mayores incidencias se están registrando en dos grupos etarios, el de entre 20 y 29 años y el de entre 30 y 39 años. Y la tasa de transmisibilidad, abundó Trujillo, «es muy alta en el ocio nocturno y en ambientes familiares». Todo ello está afectando ya al sistema sanitario. En concreto, relató el consejero, el 1 de noviembre había 85 camas convencionales dedicadas a pacientes covid, mientras que el 25 de diciembre ya eran 266, y la ocupación de camas UCI ya está en le 20%, «siendo la situación más presionante la de la isla de Tenerife», explicó. Esta «presión», a su vez, se está trasladando a la Atención Primaria donde se han duplicado las consultas en Pediatría y Enfermería, al tiempo que las consultas hospitalarias se han incrementado un 30%.
El Gobierno canario confía en que el TSJC avale el toque de queda por la situación sanitaria, de ahí, reconoció Trujillo, que no tenga preparado un plan b. «Preferimos esperar», dijo el consejero.
Por otro lado, hoy habrá una nueva reunión del Consejo de Gobierno ordinario en la que, entre otras cuestiones, se abordarán los posibles cambios de nivel de alerta sanitaria de las islas. Se prevé que Lanzarote y El Hierro suban al nivel 2. También se tratará si se amplía o no el número de comísales en el nivel 2, que está en ocho, y en el 3, que se mantiene en seis, solo para el 31 de diciembre y el 6 de enero como ya se hizo con la Nochebuena y la Navidad cuando se permitió en ambas reuniones de diez personas.
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