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La Acuicultura en el futuro de Canarias

La Acuicultura en el futuro de Canarias

crecimiento azul ·

Como es claro, la acuicultura es demandada, cada vez más, a formar parte activa y significativa de la solución necesaria para la alimentación humana y, desde el contexto más próximo, por la Comisión Europea

octavio llinás

Domingo, 18 de julio 2021, 08:00

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La patronal española de acuicultura, integrada y representada por su Asociación Nacional APROMAR, ha publicado por primera vez el pasado martes, la Memoria de Sostenibilidad 2021, declarando su intención de entregas sucesivas cada dos años. Sin duda, señala un nivel de madurez y responsabilidad del sector, que se materializa y expresa en un análisis de la situación actual y perspectivas de futuro (desde su punto de vista), dando el paso reputacional de hacerlo público. El documento es una recopilación ordenada y orientada de las fuentes de información del sector general al uso, a las que se añaden expresiones de posiciones y datos de fuentes propias de la organización. En conjunto, es un documento considerable que señala un nivel importante de compromiso con los consumidores de sus productos y con la sociedad en general.

El contenido mantiene y da soporte adicional a ideas centrales de reflexión sobre la alimentación de la población actual y futura. La cifra de referencia respecto a la población del Planeta se situa en torno a los 9.700 millones de personas en 2050, que demandarán un 60% más de alimentos y que será crítica para poder ser atendida (incluyendo las proteínas provenientes de la acuicultura). Adicionalmente a la necesidad genérica creciente que impulsa la acuicultura, el documento aporta criterios adicionales de valoración de su importancia, como que es saludable para las personas, medioambientalmente sostenible y económicamente vertebradora por la propia naturaleza y distribución de las unidades de producción.

La Memoria señala que la producción nacional representa el 27% de la producción total de productos acuícolas (pesca + acuicultura), qué da empleo directo (vinculado a las granjas de producción), a más de 18.000 personas y 48.000 de forma indirecta. Este potencial de crecimiento se ve reforzado por la eficacia de la producción acuícola en referencia a otras fuentes de proteínas animales, apoyado en dos índices muy característicos:

El primero denominado índice de conversión (cantidad de pienso Kg por cantidad de animal producido Kg), señala que el índice en la acuicultura (de 1,15 en lenguados a 2,2 en lubinas) es mejor que en las otras fuentes (aviar 1,7- 2; porcino 2,7- 5; vacuno 6- 10), además, siendo esta la situación de partida seguirá mejorando como consecuencia del grado de madurez de cada uno de los tipos de producción.

El segundo, es la cantidad de CO2 generado (en Kg emitidos para la producción de 1 Kg), según el tipo de producción, viene a constatar que el pescado de acuicultura tiene un valor en la franja más baja (3,9 dorada, 4,0 lubina, 3,0 salmón kg de CO2 /Kg producido) frente a las producciones más comunes (pollo 4,4; porcino 6,5 y vacuno 29,6 Kg de CO2/Kg producido).

Lubina.
Lubina.

Referencia de importancia para los consumidores es que el 93% de la producción de las especies cultivadas en España están integradas en una Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS), que son organizaciones (sin ánimo de lucro) dedicadas a promover políticas y prácticas sanitarias comunes, para mejorar el estado de las explotaciones, siguiendo las directrices y documentos de la Organización Mundial de Sanidad Animal.

Como continuación de esta reflexión general/nacional de la acuicultura desde la visión del sector, corresponde volver a analizar cuál es la situación y perspectivas de la acuicultura en Canarias.

El análisis debe hacerse, sin duda, desde las dos características fundamentales del sector en el Archipiélago. La primera y determinante, es la existencia de condiciones excepcionales para el cultivo de un grupo de especies de gran interés en el mercado global. La segunda, la capacidad ampliamente contrastada de la Administración Canaria para obstruir y dificultar las oportunidades de crecimiento económico y empleo de calidad medioambientalmente sostenible, que las condiciones naturales para la acuicultura hacen posible.

Como es claro, la acuicultura es demandada, cada vez más, a formar parte activa y significativa de la solución necesaria para la alimentación humana y, desde el contexto más próximo, por la Comisión Europea, como queda plasmado en la publicación de las «Directrices estratégicas para una acuicultura de la Unión Europea más sostenible y competitiva para el período 2021-2030» con el ánimo evidente de impulsar el sector.

Tanto la necesidad del mercado como el impulso de la Comisión son un estímulo de la actividad incluso en Canarias, a pesar del histórico. En la situación actual tras la aprobación del PROAC (que ha tenido, innecesariamente, más de una década paralizado el sector) se vuelven a poder plantear proyectos de inversión y actividad de algunas empresas que han resistido el tránsito, Acuipalma SL, en la perseverancia de demostrar que la acuicultura es posible en una isla no capitalina y Aquanaria SL, en la apuesta diversificadora de poner en el mercado un producto diferenciado como «La Gran Lubina Atlántica», sumándose muy recientemente a estas realidades en producción, dos iniciativas absolutamente distintas entre ellas y con las existentes, que en conjunto muestran el enorme potencial de la acuicultura en Canarias.

El proyecto de cría de medregal, promovido por la empresa Ocean Acuicultura Canarias apoyado (además de por las condiciones generales referidas), en el alto nivel de conocimiento científico y experiencia que sobre ésta especie hay en Gran Canaria (generado por la ULPGC y el extinto ICCM) a desarrollar en grandes jaulas semisumergibles que han de fondearse en profundidades entre 100 y 500m (en aguas oceánicas abiertas), mejor para el medio ambiente, por cuanto el pequeño impacto de las posiciones actuales es mejorado exponencialmente, a medida que la actividad se aleja de la costa. Además, este alejamiento disminuye la interacción con otras actividades tradicionales y el impacto visual que prácticamente desaparece. Pero este deseable alejamiento saca la actividad de las zonas planificadas en el PROAC y somete el proyecto a «estrés administrativo» que puede conseguir una vez más, que un proyecto para el que Canarias tiene las mejores condiciones de todo tipo, termine en otro lugar, expulsado por la ineficacia y falta de visión estratégica.

El otro gran proyecto, coincidente en el tiempo, es la planta de producción de pulpo impulsada por Nueva Pescanova, que puede tener un impacto global de enorme magnitud (basado en un larguísimo programa de investigación del Instituto Español de Oceanografía), que hábilmente ha solicitado su ubicación en espacio de La Autoridad Portuaria de Las Palmas, tratando de obviar al menos una parte de los problemas burocráticos previsibles.

Todo esto ocurre, en un momento de enorme necesidad de actividad económica para salir de la crisis, a la que todos y cada uno de los proyectos puede contribuir de forma significativa tanto en la actualidad como en sus perspectivas de crecimiento futuras. Es muy importante tener en cuenta que el conjunto de estos proyectos (en caso de resolverse las tramitaciones administrativas positivamente) serán un reclamo nacional e internacional muy efectivo y de no resolverse adecuadamente, pueden ser la confirmación que excluya por mucho tiempo a Canarias como destino de la acuicultura, a pesar de sus extraordinarias condiciones.

No debería ser necesario señalar que las Administraciones no solo deben ser diligentes en su labor, sino que en este momento tienen que ser además líderes proactivos determinantes para que ningún proyecto de esta naturaleza muera o se deslocalice por su causa.

Octavio Llinás /Expresidente de Fundación Innovamar

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