Una murga que dicta sentencia

La casualidad ha llevado a que este año la murga escogiera un disfraz de juez, pero su presentación ha coincidido con uno de los juicios más relevantes que está viviendo Telde, el del caso Faycán. No lo hicieron adrede, ya que el diseño se decidió hace ocho meses, cuando ni siquiera había fecha para la vista oral. Lleva de nombre: Para criaturas fantásticas, yo, que puedo hacer junto contigo un mundo mejor, una forma de valorar la Justicia y a los jueces.

Pero si su vestuario ya da el cante, más lo darán sus canciones y su exhibición. «Este año hemos arriesgado bastante, intentando evolucionar e innovar», explica el director de la formación, Rubén Pitu Santana. El objetivo: continuar sorprendiendo a sus seguidores y ensalzando el espectáculo. Reacio a desvelar sorpresas, Pitu solo adelanta que van a acercar los dos concursos de los carnaval más multitudinarios, los de Las Palmas de Gran Canaria y los de Santa Cruz de Tenerife. «Ahí lo dejo, y que cada uno entienda lo que quiera», asegura con picardía junto al armonizador y presidente, Josito Suárez. Habrá que esperar unos días para descubrir el misterio.

Los 85 miembros de la murga se subirán al escenario el 29 de enero y en sus melodías no faltarán la crítica y el reclamo de evolución a la sociedad. Por eso no faltarán alusiones a Trump, Puigdemont o Coalición Canaria. También estará presente «una juventud pasota que es lo que el sistema quiere» o niños que se expresan con emoticonos. El tema de la igualdad estará reflejada en su defensa a las mujeres ante la discriminación en el deporte. Pero siempre habrá humor y quieren intentar dar miedo, «pero creemos que no lo vamos a conseguir o ¿si?» se pregunta Pitu. Si pasan a la final harán un particular musical.

Con la canción El ministro de la vergüenza, en alusión a José Manuel Soria, en 2017 se alzaron con el Criticón. Tuvo tanta repercusión, que su actuación se emitió en las cadenas de televisión nacionales. A lo mejor el ácido análisis que harán en 2018 les permite repetir el galardón o al menos conseguir el aplauso del público, ese que persigue un artista.

Como cualquiera que se presenta a un concurso, su objetivo es ganar, pero nunca anteponen los premios, asegura el director Pitu Santana. «Lo hacemos para volver a gustar, porque de nada te vale ganar si no le gustas a la gente», explica. El trabajo que hace el armonizador, Josito Suárez, es fundamental para que sus letras se entiendan, esa es su principal baza. Además, la murga ha sabido adaptarse a lo que pide el público, que es humor y no que le cuenten problemas, apuntan Santana y Suárez. El humor cotidiano es el que les ha funcionado, porque ven la reacción de la gente. Y cada vez arriesgan más. «Queremos superarnos a nosotros mismos, pero manteniendo nuestra esencia», explican. Por eso jamás han copiado ni otros formatos, ni a otras formaciones.

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