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Pizarras y tardes que cambian vidas

Pizarras y tardes que cambian vidas

Niños de Jinámar en situación de vulnerabilidad social reciben clases de refuerzo y participan en talleres en el recién abierto Centro Integral de Infancia y Familia. También trabajan con sus hogares

Jueves, 1 de enero 1970

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José se pasaba los veranos en casa. O a lo sumo, jugando en la acera que rodea al bloque donde vive, en el Valle de Jinámar. Su familia no tiene para costearle un campus de verano. Pero el año pasado estuvo yendo a clases de refuerzo escolar en Educere, un servicio municipal que en agosto, gracias a una subvención del Cabildo, becó a 21 niños en la finca Los Olivos. Su madre confesó que ese verano, por fin, tuvo algo que contar cuando le preguntaron en clase cómo se lo habían pasado. O al menos, dice, no se lo tuvo que inventar.

El nombre de José es ficticio, pero su historia no. Ni tampoco es, por desgracia, un caso aislado en Jinámar. De ahí que en este barrio tengan un sentido servicios como el que ha prestado el Ayuntamiento a través de Educere. Hasta ahora lo ha estado haciendo con el personal y los medios muy justitos, apunta la educadora social municipal Verónica Mesa, pero hace nada que Educere ha formado equipo con Aldeas Infantiles, una ong con una dilatada trayectoria de atención a la infancia con la que el Ayuntamiento ha firmado un convenio, y ambos han tomado las riendas del recién abierto Centro Integral de Infancia y Familia.

Mesa y Mar Perera, educadora y trabajadora social de Aldeas Infantiles, trabajan de la mano y coordinan la gestión de este nuevo recurso del que dispone Jinámar. Aquí acuden niños de familias del barrio en situación de vulnerabilidad social, derivados a su vez por Servicios Sociales, y se les ofrece, en horario extraescolar, clases de refuerzo o apoyo escolar, talleres de habilidades sociales, manualidades, actividades de ocio y tiempo libre y también deportivas. Además, se les da merienda y también se organizan salidas. Se trabaja a través de juegos y dinámicas.

25 menores al día

«Es un centro abierto a toda la comunidad de Jinámar y puede acceder cualquier niño que tenga necesidades, pero priorizamos aquellos que están inmersos en algún proceso de intervención social y de apoyo familiar a través de equipos especializados o de las unidades de trabajo social», explica Mesa. Eso sí, tienen una capacidad de 25 niños diarios, o 40 a la semana, porque no todos vienen todos los días. Solo así pueden garantizar una atención adecuada. Y las edades van desde los 3 a los 12 años, aunque admiten cierta flexibilidad. Por cierto, no pagan nada.

Tanto Mar Perera como Verónica Mesa encabezan un equipo integrado por tres educadores y una maestra, aparte de los apoyos de monitores que aporta el Plan Integral del Valle de Jinámar o la propia Aldeas Infantiles, entre los que figuran animadores, talleres de robótica o arteterapeutas. Destacan que haya una maestra. Da un salto de calidad a las clases de apoyo escolar, una hora diaria.

Pero en este centro no solo se trabaja con los niños. Perera subraya, de hecho, que es vital implicar a las familias, a las que involucran en actividades, dinámicas y salidas. Es más, Mesa aclara que para acceder a este servicio las familias tienen que comprometerse a participar y a que sus hijos no falten a las cinco horas que pasan en el centro.

Les facilita las cosas el nuevo recinto, un edificio que estuvo 10 años abandonado y que fue saqueado y casi destruido, y que acaba de ser rehabilitado y rescatado gracias a los fondos del ARRU de Jinámar que financian Gobierno central, canario, Cabildo y Ayuntamiento. Aquí disponen de un comedor, varias salas, aula de informática y otra de psicomotricidad. Ya hay 16 niños en sus clases. Pero pronto serán más. Los que mejoren darán paso a otros. Esto es solo un puente a una infancia más feliz.

Para niños del barrio. Por las mañanas el centro acoge varios programas que ya ofrece Aldeas Infantiles en Las Medianías y para los que hasta ahora los niños de Jinámar tenían que trasladarse a ese otro barrio, explica Irina Paz, coordinadora del centro de día de Las Medianías. Aquí dan Educando en talento, para alumnos ya expulsados de sus IES, y otro para madres jóvenes.

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