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Silencio, se monta... la Feria

Silencio, se monta... la Feria

La 15ª edición de la Feria del Sureste abre hoy sus 150 estands con una muestra única sobre los mejores productos del sector primario y de la artesanía de los tres municipios. La avenida de Canarias viste ya sus mejores galas en espera de los miles de visitantes que acudirán.

Jueves, 1 de enero 1970

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paz bernal / vecindario

En un ambiente de tanta tranquilidad y silencio que resultaba llamativo, la instalación de los 150 estands de la décimo quinta edición de la Feria del Sureste que comienza hoy, a partir de las 11.00 horas de la mañana, se llevaba a cabo ayer entre los tradicionales nervios y «problemillas de última hora» pero sin ningún tipo de escándalo «porque casi todos los elementos con los que se hace el montaje son eléctricos y no hacen ruido», explicaba el gerente de la Mancomunidad del Sureste, Rafael Sánchez, entre llamadas, supervisión y control con la calma que siempre precede a las tormentas.

Por la tarde, los usuarios de cada uno de los estands colocaron su mercancía para tenerlo todo preparado y a punto para convertirse en protagonistas de uno de los eventos más importantes del año en la Comarca que, en esta edición, le ha tocado a Santa Lucía de Tirajana en su peatonal Avenida de Canarias.

Alrededor de 200 personas, casi todos operarios municipales e integrantes de empresas de servicios que montaban escenarios, sonido, luces y tapaban claves para que los ciudadanos pudiesen seguir utilizando esta zona de paseo; en algunos casos difícil de conseguir cuando el usuario era un anciano en silla de ruedas con un conductor no muy hábil. «Intentamos causar los menores inconvenientes posibles a los ciudadanos de la zona pero algunos veces es muy complicado», explicaba Rafael Sánchez mientras respondía a dudas de los técnicos que se le acercaban.

Entre las novedades más vistosas de esta décimo quinta feria del sureste, una enorme guirnalda de papel con los tres colores de la bandera canaria, blanca, azul y amarilla, «para que contribuya a aligerar el efectos de los rayos de sol», explica el gerente de la Mancomunidad, mirando a un cielo azul y despejado en la jornada de ayer.

En medio de tanta simetría de casetas para los 150 expositores que participan en esta exposición de los mejor de los productos de la tierra y de los artesanos de la zona, de vez en cuando se abren espacios más grandes preparados, en algunos caos, para instalar un set de televisión, el stand institucional para los tres ayuntamientos de la Comarca, Agüimes e Ingenio, o uno más especializado y técnico, en la Plaza de los Algodoneros donde se va a mostrar el show cooking de los cocineros invitados.

En esta edición serán ellos, precisamente, los que mejor representen las novedades que se van a ver durante todo el fin de semana, con unos espectáculos donde la forma de cocinar los productos de la tierra de esta Comarca, y las explicaciones de personas autóctonas que cuenten la tradición de cómo lo han cocinado siempre en sus casas, serán un espectáculo digno de ver.

En una zona más discreta, en las calles aledañas a esta céntrica Avenida de Canarias, el concejal Antonio Ordóñez, responsable de la Concejalía de Agricultura, Medio Ambiente, Residuos y Ganadería, supervisaba también la instalación de los corrales donde, a partir de hoy, se podrán mostrar ejemplares de vacas, burros, perros de presa canarios, y ovejas y cabras.

«Somos los habituales, llevamos toda la vida presentes en esta Feria del Sureste porque también queremos mostrar la ganadería propia de este municipio de Santa Lucía de Tirajana», explica Ordoñez mientras colabora con el personal que monta estas instalaciones.

Quien paseara ayer por la tarde por la calle peatonal, se habrá encontrado también con mucha presencia de seguridad, entre las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y miembros de seguridad privada, «porque, en este sentido, también somos muy precavidos. que yo recuerde», hace memoria Rafael Sánchez, «nunca hemos tenido problemas de seguridad, algún que otro amigo de lo ajeno que se ha pasado por la noche para ver qué se podía llevar de alguna de las casetas, pero sobre la marcha han sido detenidos».

Sin el tradicional viento o brisa, según quien lo valore, Vecindario amanece preparado para que se oiga mucho más ruido que en la jornada de montaje.

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