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Vegueta-Triana impulsa una  plataforma nacional contra el ruido

Vegueta-Triana impulsa una plataforma nacional contra el ruido

Los cascos históricos y los barrios de zonas turísticas y de litoral están empezando a dar los primeros pasos para frenar la proliferación de terrazas y botellones, y con ellos, la alteración del derecho vecinal al descanso. El casco histórico capitalino ya está en contacto con 34 ciudades.

Jueves, 1 de enero 1970

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Las redes sociales están permitiendo que los cascos históricos de diversas ciudades españolas no planteen una lucha individual contra el botellón. Al contrario, están consiguiendo que diversas asociaciones entren en contacto entre sí para plantear un frente común contra el ruido y por la defensa del derecho ciudadano al descanso.

En esta iniciativa, el eje que forman Vegueta y Triana está jugando un papel de liderazgo en la constitución de una plataforma nacional que se dará a conocer en los próximos meses como una federación de asociaciones contra el ruido.

Así, la actividad en Twitter del núcleo fundacional de la capital grancanaria despertó la atención de otras ciudades españolas que tenían el mismo problema. «Te llega un tuit de Zaragoza, luego otro de Ibiza y empezamos a ponernos en contacto», explica la presidenta de la asociación de vecinos Triana-San Telmo, Pepa Sánchez. Era Semana Santa y ahí prendió la mecha para crear una federación de asociaciones.

La idea no solo es englobar a los colectivos que se quejan por el impacto de las actividades de ocio en la vida de los vecinos y que están radicados en los cascos históricos urbanos, sino también a las asociaciones que ponen voz al malestar vecinal por los botellones y el ruido, en especial en las zonas del litoral.

Eso explica que en esta futura plataforma se hayan adherido no solo la citada asociación Triana-San Telmo, sino también del entorno de Las Canteras, de Vegueta y de Ciudad Jardín. En el caso de Tenerife, también han mostrado su interés a participar en esta nueva plataforma La Ñamera y El Perinquén, según indicó Pepa Sánchez.

«Estamos hartos todos», indicó la representante vecinal, quien también apuntó el trabajo conjunto que se mantiene con ciudades como Barcelona, Madrid, Mérida, Badajoz, Miranda de Ebro, Santander o algunas de Euskadi.

Desde esta última comunidad se ha hecho llegar una resolución del Ararteko (la Defensoría del Pueblo del País Vasco) en la que se pide al Ayuntamiento de San Sebastián que revise la ordenanza de terrazas para garantizar la accesibilidad universal de los ciudadanos. La petición, que parte de una queja de la asociación Parte Zaharrean Bizi Auzo Elkartea por la extralimitación en la ocupación del suelo público por parte de terrazas en la parte vieja de Donostia, podrían inspirar una actuación similar en otras partes de España, entre ellas en la zona de Triana. «Es imposible que se mantengan calles como Cano porque la ocupación del espacio público es cada vez mayor», indicó Pepa Sánchez.

Patrimonio histórico

Otro de los campos de batalla que tendrá la nueva federación es la de proteger el patrimonio histórico. «La Ley de Patrimonio Histórico Español reconoce a los ayuntamientos tres competencias respecto al patrimonio: la custodia, la conservación y el enriquecimiento», prosiguió la presidenta de la asociación Triana-San Telmo, «y la degradación que están sufriendo los cascos históricos en toda España es gravísima». Cita los casos de ciudades como Ibiza, Mérida, Granada o Elche, entre otros, pero también en la capital grancanaria. «Aparte del ruido tenemos que aguantar meados y vómitos, y cuando los servicios de limpieza pasan con el agua a presión, el efecto del agua es igual de pernicioso, y todo eso es destrucción», prosiguió, «tenemos que comunicar estos hechos al Gobierno de España y a la Unión Europea».

«El problema que tenemos en Vegueta y Triana con el ruido, los macrobotellones y la conservación del patrimonio histórico se repite en otros puntos del país», denuncia la presidenta de la asociación Triana-San Telmo, Pepa Sánchez, «los ayuntamientos, sean del signo político que sean, no cumplen la ley y degradan el patrimonio con terrazas y botellones, al tiempo que vulneran el derecho a la salud del vecino».

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