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«Este año nosotros vamos a ella»

La Isleta preparaba este miércoles la festividad del Carmen de un modo «muy diferente» al habitual por una pandemia que impide salir en procesión a la Virgen en su día, por lo que aguarda a sus fieles en la parroquia.

Jueves, 16 de julio 2020, 08:23

Las calles engalanadas, las fachadas recibiendo una mano de pintura o la colocación del vallado para cerrar al tráfico las vías del entorno la iglesia daban en la mañana de este miércoles la falsa sensación de que La Isleta se preparaba con normalidad para vivir su noche más larga, la que precede a la festividad del día del Carmen. Sin embargo, la poca afluencia al templo de Benartemi y sobre todo la presencia de la imagen en su camarín en lugar de ocupar su trono, devolvían al visitante a la realidad de una edición de las fiestas que viene marcada por una pandemia que impide que la patrona salga esta madrugada a recorrer la calles alfombradas de su barrio y tampoco hará posible la procesión marítima ni la terrestre.

Pero el barrio capitalino se resiste a dejar pasar esta celebración tan señalada en su calendario sin dejar huella en un julio atípico. Por eso, haciendo caso a las recomendaciones de la comisión de fiestas y de la parroquia, son muchos los vecinos que han apostado por adornar sus casas y que tenían previsto cambiar los tradicionales asaderos a pie de calle que amenizan una de las noches más mágicas de La Isleta por pequeñas mesas «con algún picoteo» con el que convidar a familiares y amigos.

Tampoco en el templo que guarda la venerada imagen se dejaba este miércoles nada al azar. Por eso desde las ocho de la mañana Mari Carmen Pérez, camarera de la Virgen del Carmen desde hace 29 años, arreglaba la imagen junto a Mingo Nieves, que lleva «cuarenta años» colaborando con la parroquia.

«A las diez menos cuarto terminamos de arreglarla, la vestimos de reina», explica Mari Carmen al borde las once de la mañana ante las puertas de un templo que al que reconoce se le hace duro entrar porque «este año es muy distinto». Y es que el hecho de que la imagen permanezca en su altar en lugar de situarse en su trono en un lateral del templo le resulta extraño. «Entro a la iglesia y fijo la mirada donde suele estar el trono», señala. «Pero este año ella no sale a ver a los hijos, sino que nosotros vamos a ella», comenta en alusión a los cambios que la pandemia generada por el coronavirus ha provocado en el desarrollo de las fiestas y que deja cierta tristeza entre los fieles. «Mucha gente pasa llorando», indica.

Mingo también admite que «este año es muy diferente» porque las sensaciones son bien distintas y porque vestir la imagen en el altar, con el manto «dorado y beige» que ya llegó el año pasado, ha sido «más complicado y triste». Pero entiende que son medidas necesarias, «y estoy de acuerdo con todo». Confía en que las fiestas del 2021 se parezcan más a las de siempre. «Vamos a ver si se termina esto pronto para que el año que vienen sean como se merece el barrio», dice.

Juansi Rodríguez es el responsable desde hace muchos años de los adornos florales que luce la imagen del Carmen y este año ha cumplido la tarea como si fuese a salir en su trono en procesión. «Lleva liliums blancos, anthuriums, gladiolos y rosas», apunta.

Señala que ver a la Virgen vestida y con las flores le ha dado «sentimiento» pues «aunque sabía que se iban a suspender» las fiestas «y estaba mentalizado, hasta que no llegó el día parecía que no era verdad». Pero a pesar de que no oculta su pena, asegura que «también lo entiendo» porque las circunstancias lo exigen, y da «mil gracias a los vecinos porque han seguido para adelante y eso es la fe».

Además, no tiene más que palabras de reconocimiento para los feligreses que este año tampoco han dejado de cumplir con sus donaciones de flores a la Virgen para que luzca lo más bonita posible. «Se han portado», afirma. Añade que desde antes de que se supiera cómo se iban a desarrollar estas fiestas «tan diferentes» muchas personas ya le preguntaban «qué iba a pasar» y si podrían llevar flores. Y que una vez que el cura le confirmó el modo en que se iban a celebrar los pocos actos que iban a tener lugar en la parroquia, la gente le hizo saber que contara con sus aportaciones. «La gente ha colaborado mucho», agradece.

Asimismo, expone que como este año la Virgen no precisa tantos arreglos florales como si estuviera en el trono, se pidió a las personas que tienen promesa que «trajeran comida para Cáritas por la situación en que estamos, y lo están haciendo»

Y es que como recuerda Mari Carmen, que también es voluntaria de Cáritas en la parroquia, la pandemia ha golpeado a muchas familias del barrio y han pasado de atender 80 a 180.

Por último, el párroco del Carmen, Agustín Sánchez, muestra su satisfacción por el comportamiento de los feligreses y se reconoce «contento» porque «este año la fiesta se vive más desde el interior».

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