Carmen Guerra deja el PP y se queda como edila no adscrita

El Pleno municipal dará cuenta hoy de la decisión de la concejala del PP, Carmen Guerra, de abandonar el grupo municipal y quedarse como edila no adscrita. Su decisión cambia la composición consistorial de tal modo que el Partido Popular se queda con seis concejales en el Ayuntamiento.

La actitud de Guerra ha cogido por sorpresa a sus compañeros de bancada y a la organización de su partido, aunque más por el momento en que se produce que por las circunstancias que han desembocado en esta decisión. Las relaciones de Guerra con el resto de los concejales del PP se había enfriado en los últimos meses, en especial con la portavoz popular, Pepa Luzardo, que fue quien la avaló, junto a José Manuel Soria, para que Guerra ingresara en el partido, a mediados de los 90. En aquellos momentos Carmen Guerra destacaba como una combativa líder vecinal

En junio de este año ya amagó con irse del partido y se negó durante horas a firmar la constitución del grupo municipal popular por discrepancias con su régimen retributivo ya que quería estar en situación de dedicación exclusiva o parcial. De hecho, los ediles del PP acudieron al pleno de constitución de la corporación sin saber si Guerra asistiría. Entonces, la única explicación que dio la concejala fue que había sido sometida a una campaña de «descrédito y amenazas» por parte de su grupo.

Desde entonces la situación entró en un remedo de guerra fría que concluyó el pasado miércoles, cuando Guerra remitió un escrito a la secretaria general del Pleno en el que le comunicaba su decisión de abandonar su grupo político y su intención de ser una «concejala no adscrita».

Los concejales de la oposición en el Ayuntamiento pueden tener un régimen de dedicación exclusiva, con un sueldo fijo de 50.000 euros brutos anuales; de dedicación parcial, con 37.500 euros brutos al año; o bien, cobrar solo por asistencia a plenos (250 euros) y comisiones (150 euros).

La legislación fija que, para una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria, solo puede haber veinte concejales con dedicación exclusiva. De ellos, diecisiete son los que conforman el gobierno local y solo tres están en la oposición: Pepa Luzardo (PP), José Antonio Guerra (Cs) y Francis Candil (CC-UxGC). En situación de dedicación parcial se encuentran Ángel Sabroso, Rosa Viera y María Amador, por parte del PP, y Lidia Cáceres, de Ciudadanos.

Fuera de estos dos regímenes retributivos, el resto de concejales puede ingresar alrededor de 10.000 euros anuales por su labor política, dependiendo del número de comisiones a las que asista.

Desde el PP se asegura que Carmen Guerra no había encajado bien el hecho de que no formara parte de los concejales con una mayor dedicación. Este periódico intentó contactar sin éxito con la concejala.

Su partido le pide que entregue el acta de concejal. El presidente insular del PP, Poli Suárez, explicó que, «al igual que ella pensaba cuando tenía responsabilidades orgánicas, el acta le corresponde por haber concurrido en una lista electoral». Suárez aseguró que Guerra no informó al partido de su intención.

La concejala nacida en 1957 es natural de Firgas y tiene una larga carrera política. En 1995 empezó como edila en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde estuvo en tres gobiernos. Fue también senadora por Gran Canaria (2004-2008) y diputada por Las Palmas (2008-2011), además de consejera del Cabildo de Gran Canaria. A nivel orgánico, también fue secretaria de Organización Regional del Partido Popular.