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David de Jorge Cuantos más programas de cocina haya más felices seremos

David de Jorge Cuantos más programas de cocina haya más felices seremos

Después de un año «en barbecho» televisivo porque quería que le «echaran en falta antes que aburrir», el cocinero David de Jorge regresa con «El sabor es ciego», concurso culinario que enriquece la parrilla porque «cuantos más programas de cocina haya en televisión más feliz será la audiencia».

Efe / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Lo argumenta, en una entrevista con Efe, en que la cocina busca «la felicidad de la gente», objetivo con el que afrontó «Robin Food» en ETB 2 y Telecinco y ahora «El sabor es ciego», a partir del 5 de mayo a las 14:30 horas en Nova, en el que cuatro cocinillas competirán por 2.000 euros elaborando los mismos platos con idénticos ingredientes pero sin poder probarlos.

Versión española producida por Bainet del formato internacional «Blind Taste», lucharán contra el reloj y los nervios para después catar todos platos a ciegas y puntuarlos del 1 al 5, tras lo que David de Jorge emitirá su propia evaluación y la suma de todos determinará al ganador.

«Hay diversión a tope, un ritmo frenético, la gente se va a quedar con ganas de más», asegura el guipuzcoano, quien reconoce que es «muy difícil buscar el punto a unas albóndigas sin meter cuchara».

Por eso, en los cinco programas que llevan grabados por el momento, ha probado «cosas muy ricas», pero también «guarrindongadas», de las que se convirtió en notario al animar hace años a sus lectores a compartir esas combinaciones en apariencia repugnantes que suelen calmar picos de hambre desatada.

«El guarrindonguismo es la máxima expresión de la gastronomía: es barato, se comete con nocturnidad y alevosía, y hay pocas experiencias que provoquen tango gozo», defiende quien ha recibido la «confesión» de una «guarrindongada» por parte de «un lehendakari».

David de Jorge, que trabaja desde hace 25 años junto al cocinero español con más estrellas Michelin (ocho), Martín Berasategui, y es autor de varios libros, graba ahora «El sabor es ciego» a 20 metros del plató de Karlos Arguiñano, «la meca televisiva».

Consumidor de programas de cocina desde «muy crío», porque «siempre» quiso ser cocinero, admira a partes iguales a Arguiñano y a la fallecida Elena Santonja.

«Santonja pertenece a mi imaginario de la adolescencia, porque cuando llegaba del cole mis amigos querían ver ‘Mazinger z’ y yo a ella; y Arguiñano lleva 30 años como número 1 de la cocina en televisión y le tengo un respeto reverencial. No conozco a nadie que sea capaz de ofrecer más en tele con menos».

Aunque crítico con lo que denomina «egochef» -»a veces los compañeros ponen gesto de Aristóteles y se meten a decir memeces», afirma- reconoce que el posicionamiento mediático de los cocineros ha contribuido a aumentar la vocación por los fogones y a que la profesión esté ahora «considerada».

De ahí que haya «una cantera muy preparada», como ha podido comprobar como jurado de los primeros premios Talento Gastro, destinados a profesionales de Guipúzcoa de menos de 40 años. «Nos las hemos visto y deseado para buscar a los finalistas y se ha quedado mucha gente fuera» de unos galardones que se entregarán el 13 de junio.

Pero, advierte, les será difícil «estar a la altura» de una «gran generación» que revolucionó la cocina vasca, y de ahí la catalana y después la del resto de España. Habla de Juan Mari Arzak, Pedro Subijana, Luis Irizar y Karlos Arguiñano, entre otros.

«Se están haciendo mayores, pero tienen una energía desbordante. Técnicamente los que vienen estarán mejor preparados, pero ellos son hijos de la guerra, han vivido tiempos complicados, son enormes», asevera.

Aún así discrepa de quienes aseguran que hoy no se produce vanguardia culinaria y abomina de esas «aburridas guerras de tartufos» entre los partidarios de la cocina tradicional y la vanguardista.

«Me gusta mucho la cocina sin chorradas y aprecio el esfuerzo la cocina vanguardia, una cosa no excluye a la otra. Me gusta ir a un asador y a El Bohío de Pepe Rodríguez, a Martín Berasategui, y a Quique Dacosta. Me gusta ir a sitios donde te ofrecen algo serio, lo bueno es que todos convivan», manifiesta.

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