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El secretario general del PSOE lo deciden las bases

El secretario general del PSOE lo deciden las bases

A partir de esta noche, el Partido Socialista de Canarias tendrá un nuevo secretario general. La última palabra la tienen los casi 7.000 militantes de la formación que hoy eligen a su máximo dirigente, por primera vez en proceso de primarias, entre la presidenta del Grupo Parlamentario, Patricia Hernández; el secretario general de Gran Canaria, Ángel Víctor Torres; y el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar.

Jueves, 1 de enero 1970

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Quien coja las riendas del partido no tiene una tarea fácil por delante. Al habitual reino de taifas al que ya están acostumbrados los socialistas canarios, el nuevo secretario general asume una organización dividida internamente; que después de año y medio en el Gobierno se encuentra en la oposición con sus consecuentes contradicciones; con las secuelas insulares y locales que ha dejado el fracasado pacto en cascada con Coalición Canaria; y practicamente inexistente en La Gomera, la isla que fue el gran bastión del poder del PSOE antes de la escisión de Casimiro Curbelo.

De cara a las primarias, los tres candidatos han expuesto sus proyectos y se han registrado muchas coincidencias, como la necesidad de recuperar la unidad interna y apuntar hacia afuera, fundamentalmente hacia Coalición Canaria, como el adversario a batir. En los distintos actos de campaña se ha intentado mantener un tono fraternal en la confrontación de ideas, pero esta predisposición se ha roto en las redes sociales, donde han salido los demonios que enfrentan a los diferentes sectores del Partido Socialista en las islas con despiadados ataques, paralelos a las llamadas públicas de respeto.

El primer requisito para volver a tener un PSOE fuerte es tener un partido unido. Así lo han repetido insistentemente los tres candidatos, quienes además han señalado que para eso se precisa de la generosidad del nuevo secretario general y de la lealtad de los dos candidatos que hoy resulten vencidos. Sin embargo, desde el propio partido señalan que sólo con una victoria clara y una diferencia importante de votos, el ganador podrá dirigir el partido sin contestación.

Hernández y Torres parten desde una mejor posición

Esto en estas elecciones y si se atiende a la estructura de la que han dispuesto para dar a conocer sus propuestas y los avales recabados en la precampaña. López Aguilar vino a desestabilizar el tablero y, agrupación a agrupación, ha ido ganando peso y «hablando de los problemas que nadie quiere hablar, pero que es preciso hacerlo para salir de esta situación de desdibujamiento del Partido Socialista», repite.

Desde que optó y ganó las primarias para ser candidata a la Presidencia del Gobierno, Patricia Hernández era candidata practicamente segura a la Secretaría General. Su posición como vicepresidenta del Ejecutivo le daba una posición de fuerza y, según sus adversarios, se vio favorecida por la conformación de la gestora y la elección del calendario de primarias. A pesar de su inexperiencia en la gestión, en su haber tiene el trabajo al frente de los Servicios Sociales del Gobierno.

En el caso de Ángel Víctor Torres, su candidatura fue largamente meditada. Desde el momento en que, sin ser anunciado, se daba por hecho que Hernández aspiraría a la Secretaría General, desde Gran Canaria se indicó que habría alternativa. El entorno del secretario local de Las Palmas de Gran Canaria, Sebastián Franquis, del diputado tinerfeño Gustavo Matos y la dirigente lanzaroteña, Dolores Corujo, entre otros, articularon una propuesta que sólo ofreció el nombre de Torres una vez que estuvieron cerrados todos los apoyos.

En cambio, Juan Fernando López Aguilar se lanzó a la piscina sin saber si había agua. Fue el primero en anunciar que concurriría a las primarias para volver a liderar el partido, sin más estructura que su capacidad para entusiasmar a la militancia y su mensaje central de que el PSOE debe «dejar de disparar a sus propios compañeros cuando CC apunta». Durante este tiempo ha insistido de que es hora de mandar a los nacionalistas a la oposición.

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