La tranquilidad que precede a la tormenta

Después de días intensos de llamadas cruzadas y miles de Whatsapp intentando cuadrar las agendas, los vuelos o los actos, los candidatos se prestaron al que quizá sea uno de los últimos momentos distendidos en grupo, conscientes de que, a diferencia de convocatorias anteriores y tal como está marcando la precampaña, a partir de este viernes la contienda será «bronca», «complicada» y «difícil» según ellos mismos comentaron. Una campaña en la que las expectativas ya no están en los partidos sino en los «bloques».

La experiencia de Pedro Quevedo, el buen rollo que tienen Saúl Ramírez y Guillermo Mariscal, la solvencia de Elena Máñez, las ganas que le echa María Fernández o Victoria Rosell y sus circunstancias... Los aspirantes al Congreso tiraron de buen humor y el único incordio que encontraron fue el sol del mediodía que se destapó contra los pronósticos de la Aemet y la preocupación por no salir regañados en la foto.

Acompañados de un responsable de prensa en todos los casos, salvo en el de Guillermo Mariscal, algunos de los candidatos ya evidenciaban, varios días antes de que se iniciara oficialmente la campaña, un notable jet lag y la sensación de que la agenda de sus respectivos partidos los lleva corre corre de un lado para otro sin saber muy bien cuál será el siguiente acto al que tienen que concurrir o cuál será la audiencia a la que se tienen que enfrentar. Un ir y venir que a alguno/a de ellos le impidió grabar un video de un minuto exponiendo el mensaje de su partido y pidiendo el voto.

De fondo un mural con la foto del Congreso de los Diputados de 3X2 metros, lo más que cerca que alguno estará del recinto parlamentario.