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Vic Mackey, protagonista de 'The Shield'. RC
Vic Mackey, el policía antihéroe

Vic Mackey, el policía antihéroe

Los 50 mejores personajes de series de televisión del siglo XXI ·

El protagonista de 'The Shield' no tenía probema en usar la extorsión o la tortura para luchar contra el crimen

Mikel Labastida

Valencia

Lunes, 26 de febrero 2024, 07:25

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A comienzos de los dosmiles la televisión se llena de antihéroes. Donde antes teníamos a correctos padres de familia y abnegadas profesionales de diferentes ramas ahora nos encontramos a sujetos que se dejan corromper y personajes sin escrúpulos que se camuflan fácilmente en la sociedad. Malos en las series ha habido series. Eran malos porque había otros que eran claramente buenos. Normalmente estos últimos ejercían de protagonistas y enfrente se topaban con sus antagonistas, que servían para reforzarles. La cosa cambió, y mucho, con el nuevo siglo en que la ficción seriada da un salto y busca una complejidad que hasta entonces parecía reservada al cine.

Tony Soprano, Omar Little, Dexter Morgan o Francis Underwood se ponen al frente de las producciones más elogiadas de la época. Y los espectadores no solo los aceptan sino que los veneran. Tony Soprano no es ni mucho menos el primer mafioso que hemos visto en la tele, pero sí el primero al que nos lo presentan como un padre de familia convencional, que discute con sus hijos, sortea los conflictos matrimoniales y gestiona sus miedos yendo a terapia. Y además de todo eso ordena actos criminales o los ejecuta con sus propias manos. Y todo esto con el beneplácito de la audiencia. Asesinos en serie, políticos corruptos y traficantes de drogas se convierten en los referentes de esta nueva narrativa, más arriesgada, más ambiciosa, más heterogénea, más ambigua moralmente.

Los antihéroes copan los títulos más relevantes de las plataformas de pago, aunque luego este tipo de personaje se fue asentando en todo tipo de cadenas. En los orígenes además eran principalmente hombres. Esa hornada de propuestas que encabezaron la denominada tercera edad de oro de las series era eminentemente masculina. Y si no solo hay que recordar los rostros que tenemos asociados a obras como 'Breaking Bad', 'Los Soprano' o 'The Wire'. Junto a estas, aunque nunca ha sido justamente reivindicada, estuvo 'The Shield', que en España se bautizó con el explícito sobrenombre de 'Al margen de la ley'.

Una comisaría de Los Ángeles

Se desarrollaba en una división del Departamento de Policía de Los Ángeles ubicada en un barrio multirracial con elevada tasa de delincuencia. Los agentes que trabajaban en ella se debían enfrentar cada día a situaciones adversas y a un amplio abanico de criminales con los que no era sencillo tratar. Y había dos formas de hacerlo, de manera reglamentaria o saltándose las leyes. El título español ya advertía de por dónde iban los tiros -nunca mejor dicho- en esta ficción. Manzanas podridas en una comisaría siempre ha habido. Las había en 'Canción triste de Hill Street' (1981-1987), en 'Cagne y Lacey' (1982-1988) o en 'Nuevos policías' (1987-1991), pero normalmente se asociaban con personajes episódicos o secundarios, que además terminaban siendo descubiertos y reprendidos. La novedad en este caso es que el detective más abyecto era el protagonista, Vic Mackey. Y eso nos convertía a nosotros en cómplices, porque, aunque estupefactos, lo seguimos durante varias temporadas en sus andanzas, sus cuestionables procedimientos y sus discutibles éxitos.

El equipo de policías de Mackey. RC

Mackey está al frente de lo que se conoce como un equipo de asalto. Es un ser desagradable capaz de extorsionar, torturar o chantajear para conseguir sus fines. Su modo de luchar contra el crimen no entiende de reglamentos ni de normas. La única justicia es su mano, porque considera que es la única forma de actuar contra delincuentes, de acabar con traficantes de drogas o bandas armadas. El resto de compañeros no son mucho mejores, lógicamente la sombra del detective es alargada. Sus métodos obtienen resultados y por ello no son cuestionados. A pesar de todo esto Mackey ejerce de perfecto padre de familia. Nada de lo que hace le impide conciliar el sueño ni acudir regularmente a la iglesia.

'The Shield' fue posible porque existía una cadena como FX que necesitaba una identidad propia y quiso emular a HBO, que hace 25 años era el santuario de las series gracias a su transgresión. FX entonces era la nada, nadie la conocía, porque estaba plagada de proyectos sin ninguna entidad y reposiciones. Brett Martin, en el libro 'Hombres fuera de serie', cuenta que News Corp. recurrió a Peter Liguori, un ejecutivo ligado al marketing, para que le diera un nuevo aire a la cadena y le dijo algo así como «esto no puede empeorar, así que a por ello». Y fue así como esta emisora puso en marcha varias ficciones rompedoras, provocadoras, nacidas con el ánimo de impactar e incomodar. Y así surgieron 'Nip/Tuck', 'Damages', 'Rescue me' o 'The Shield'.

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Esta última no fue fácil de vender, por la cantidad de violencia contenía. En la cadena nadie tuvo dudas de que aquel era un producto impactante y extraordinario pero no sabían cómo vendérselo a los anunciantes, pero encontraron su nicho. Aquellos fueron los tiempos en que los públicos comenzaron a segmentarse, en que surgieron los nichos. Y entre esos Mackey funciona entre una audiencia eminentemente masculina. La serie se mantuvo siete temporadas. Michael Chiklis ganó un Emmy y un Globo de Oro por su trabajo. Y eso que su nombre fue puesto en duda hasta el último momento, porque en principio se pensaba en un actor con otras características físicas y asociado a títulos de acción y no a comedias familiares como abundaban en su curriculum. Pero funcionó. Y ahora costaría imaginar a otro Mackey.

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