Arabella Essiedu, de 'Podría destruirte', una chica de hoy en día

Son muchos los cromos con estampas sobre la salud mental que se muestran en 'Podría destruirte'. Cada capítulo es un mundo, con una entrega final que deja el listón muy alto. Estamos ante una virguería de estética actual, con destellos de humor excéntrico y un cinismo que empuja a que no siempre nos caiga bien el personaje principal, un trabajo difícil de desarrollar. Arabella es una joven escritora de éxito, una urbanita inquieta hasta la asfixia existencial que puede pasar tranquilamente de la obsesión al distraimiento. Su vida de «influencer» en Londres, con sus amiguetes, da mucho juego. Inteligente, emotiva y ambiciosa, no siempre se sale con la suya. No tiene claro el umbral de la tolerancia. Aguanta más de una presión injusta pero también echa mano de cierto victimismo cuando le conviene. Las armas emocionales que emplea casan con su condición de «voz de su generación». Reflejan dilemas de actualidad, desgranando una travesía de descubrimiento. Arabella, irritante cuando se lo propone, despreocupada más de la cuenta cuando surge la oportunidad, debe replantearse sus circunstancias, darle una vuelta a su carrera y resignificar sus relaciones, afectivas y de amistad.

'Podría destruirte', un drama feroz contra el racismo, el machismo y la homofobia, incomoda cuando tiene que hacerlo, siempre entreteniendo. La chispa que enciende el viaje personal de la protagonista es una agresión sexual en un garito en una noche de fiesta de la cual apenas tiene recuerdos. A este terrible hecho se une la desconfianza de sus agentes literarios, absortos ante el pasotismo de su protegida frente a la hoja en blanco. No es capaz de sacar adelante su nuevo libro, con las consecuencias económicas que ello conlleva. Arabella se reconstruye como puede, mostrando sus imperfecciones, señalando un tema en boga: el consentimiento. Coel, creadora total, brilla en su papel, en la escritura y tras la cámara como co-directora, con algunas decisiones poderosas, como Phoebe Waller-Bridge lo hizo con 'Fleabag'. Merece la pena dejarse llevar por sus tribulaciones en la ficción, con múltiples preguntas que no siempre obtienen una única respuesta.