«Nos preocupa más un reality que la desaparición de especies cada día»

Cuando dos astrónomos de Michigan descubren que un cometa impactará sobre la Tierra y deciden contárselo al mundo en el programa más visto de la televisión, ni la presidenta de Estados Unidos ni los presentadores del programa parecen creer a los protagonistas. En un mundo saturado de noticias, conseguir que alguien se interese por el cometa y separe su vista del teléfono móvil es tarea imposible. Precisamente de estos temas tuvimos oportunidad de conversar con un activista que dedica su vida a la lucha por el medio ambiente.

-¿Cómo surgió el guion de 'No mires arriba'?

-Adam y yo hemos estado intentando trabajar juntos desde hace mucho tiempo, y esta película llegó en el momento perfecto. Fue un envío de Dios en muchos sentidos. Me sorprendió la estructura de la historia, lo bien escrita que está, su sentido de urgencia y tensión con un problema que se ha ido desarrollando durante más de un siglo. Confieso que he estado buscando un proyecto que hable de la crisis climática durante décadas y no lo había encontrado. Este es perfecto. Vivimos un viaje existencial para toda la vida sin querer enfrentarlo, lidiando con el Apocalipsis en la cara sin hablar de ello. La brillantez de Adam está en crear una comedia que impactará más con los años venideros. Como humanos, como especies, como sociedad, como cultura, estamos enfrentando el Armagedón. Esta cinta surge una vez en la vida de un actor y yo no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad. Adam descifró el código, por así decirlo, sobre cómo mostrar toda la locura que nosotros, como raza humana, hemos sacado para evitar enfrentar esta crisis.

-Parece empeñado en participar en películas que se categorizan dentro de un contexto social.

-Cualquier película en la que participo siempre tendrá tensión o sensación de urgencia hacia uno de los temas que me interesa. Esta fue un gran regalo, un desafío fabuloso con el que he tenido la oportunidad de hablar de la respuesta medioambiental. Hablar de la crisis climática es muy difícil, casi imposible desde un punto de vista narrativo, pero 'No mires arriba' es una genialidad. Además, hemos contado con un elenco brutal con Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Jonah Hill, Timothée Chalamet, Mark Rylance, Cate Blanchett, Tyler Perry y Ariana Grande.

-Usted se transforma en un astrofísico de Michigan que de un día para otro se convierte en el profesor sexy de la televisión. ¿Se identifica con esa imagen?

-Es otra distracción para no querer ver la realidad. El público reacciona ante su imagen de hombre sexy y no escucha lo que dice. Él es uno de los dos científicos encargados de articular en palabras que el fin del mundo se acerca, pero, al mismo tiempo, no es un experto en medios hábil o sexy en modo alguno. En esta interpretación reflejo toda la frustración que a lo largo de los años he ido desarrollando, mi frustración y la que me han transmitido los medioambientalistas. Estoy encantado de poder articular la urgencia del cambio climático dentro de mi personaje.

-¿Cree que hay futuro para el planeta? ¿Es optimista frente a la idea de un cambio ante esta crisis

-No mucho. Soy muy pesimista cuando se trata de hablar de este tema y podría quedarme una hora contestando a esta pregunta. Tenemos una cantidad de tiempo limitada para contrarrestar lo que hemos hecho y me da miedo pensar en esa ventana de tiempo. Estamos ante el precipicio sin hacer nada y la respuesta debe ser masiva y rápida. Ya saben lo que dicen los expertos, si no hacemos algo, conoceremos el resultado de catástrofes masivas. En este filme, al crear un cometa que impactará, hemos podido hacer una analogía perfecta con el cambio climático. Acabo de venir de Glasgow, de la cumbre COP 26, y solo espero que películas como esta puedan crear una conversación global sobre los cambios que necesitamos y empujen al sector privado a mover la aguja del poder hacia el lugar adecuado.

-¿Por qué cree que agoniza la necesaria respuesta de los políticos?

-Dinero y poder. Adam lo explica en la película. La ciencia se vuelve política, hay hechos alternativos que distraen. Yo estoy muy agradecido de interpretar a un personaje que es tan sólido, basado en tantos científicos que conozco; hombres y mujeres que intentan comunicar la urgencia de este tema, pero que ven su mensaje enviado a la última página del periódico. Tenemos dos millones de otras cosas con las que estamos invadidos, que les parecen más importantes a los directores de periódicos. Me encanta la forma en que el realizador retrata a los personajes protagonistas: uno es increíblemente franco y el otro tratando de jugar dentro del sistema. Y también me gusta el retrato de una sociedad inmensamente distraída estos días, después del covid, con noticias que no son importantes. Creo que esta es una película muy importante.

-En su opinión, era necesario abordar estos problemas en clave de comedia.

-He estado buscando una película que hable sobre este tema durante décadas, pero es un tema que todos parecemos evitar. Nos quedamos preguntando: ¿qué tipo de diferencia puedo hacer? ¿Qué puedo aportar a esta causa? Y no hacemos nada. Adam realmente descifró el código de la crisis climática con la narración. Hay mucha gente a la que podemos escuchar que nos dice qué debemos hacer y, en general, creo que es probablemente el tema más importante del que todos debemos hablar de manera regular en nuestras casas. Creo que se necesitan artistas como Adam para cambiar la narrativa, para crear conversaciones, para despertar del letargo en el que estamos sumidos. Para mí es un honor ser parte de este filme.

-Esta es su tercera película junto a Jonah Hill. ¿Cómo afecta la química que tienen juntos a la producción?

-Jonah es un genio absoluto, este joven amigo mío es un genio. Su capacidad para improvisar y tomar el control de una escena y hacer que la narrativa cambie de la manera más colorida y conmovedora posible es un espectáculo digno de presenciar. Su talento es algo realmente extraordinario de experimentar. Me encantaría trabajar con él en cien películas más.

-Usted es muy activo en su intención de activar la conciencia social ante la crisis climática. Incluso da un discurso en mitad de una entrevista. ¿Se lo preparó?

-Mucho, mucho. Primero, todo lo que tengo que decir es que trabajé en ese discurso probablemente 15 veces. Lo que realmente quería hacer era articular la frustración del mundo científico. Se puede estar en el púlpito diciendo la verdad, avisando de una catástrofe, y no tener a nadie que te escuche. Hay un ruido ensordecedor a nuestro alrededor que nos impide escuchar el mensaje real, por eso está tan frustrada la comunidad científica. Nos preocupa más lo que ocurre con una pareja que acaba de conocerse en un reality insufrible que el hecho de que están desapareciendo especies de animales cada día. Es absurdo. Por eso trabajo para hacer entender al público el estado de la ciencia frente a la sociedad y cómo podríamos vernos en la misma situación de los protagonistas en muy poco tiempo. El mundo se está derrumbando y los científicos se ven obligados a dejar de exponer sus ideas como intelectuales para ir al grano, ellos saben la urgencia e importancia de este tema.