Violencia machista sin fin
24 mujeres y 5 niños han sido víctimas mortales de la violencia machista en lo que llevamos de año. El problema es creciente y el Gobierno destina solo el 0,0001% del Presupuesto. ¿Es lógico?
Hoy escribo esta columna desde la indignación, el enfado y la tristeza. Esta semana un nuevo caso de violencia machista nos ha sacudido. Esta vez la víctima no ha sido una mujer sino un niño de once años, utilizado por su padre como arma para hacer el mayor de los daños a su madre. Asesinando al pequeño, a su propio hijo, ha matado en vida a esta mujer. La ha aniquilado y condenado a una existencia vacía.
Un caso trágico que no es aislado. En lo que llevamos de año cinco niños han sido asesinados por sus padres o las parejas de su madre, uno cada mes. Desde 2013, que el Gobierno empezó a contabilizarlos, son 27 los pequeños fallecidos. A la fría estadística de este año hay que sumar 24 mujeres asesinadas que han dejado nueve niños huérfanos.
¿Hasta cuándo va a seguir esta barbarie? ¿Cuándo van las administraciones y partidos políticos a tomar medidas de verdad para frenar esta locura? Basta ya de discursos políticos, mítines electorales y arengas. Esta sociedad demanda acciones de todo tipo, de ámbito educativo, social, familiar... medios y recursos humanos y económicos.
Ahí voy ahora. Si echamos un vistazo a los fondos que el Gobierno destina en los Presupuestos Generales para 2017 al programa contra la violencia de género la cifra es como para echarse no sé si a reír o a llorar: el 0.0001% del total.
Apenas 30 millones de euros. ¿Es esto normal y lógico con el problema creciente que tiene esta sociedad de violencia machista? A esta cifra hay que sumar otros 20 millones al programa de igualdad entre hombres y mujeres. En total, unos 50 millones de euros de 443.133 millones.
En vista de los datos está claro que la violencia machista no es un asunto prioritario para este Gobierno, más preocupado por otros temas, como salir indemne de la corrupción, que por proteger la vida de una parte de su población.