El encuentro

Salvo sorpresa que nadie espera, será un encuentro abocado al fracaso. Ya en la noche electoral se vio a los dos dándose por ganadores, cada uno liderando un bloque, y eso mismo se escenificó en la sesión de constitución del Congreso, de manera que las posibilidades de un consenso que derive en un acuerdo entre los dos partidos mayoritarios son prácticamente nulas. Ysin el 'prácticamente'. Entre otras cosas, porque supondría el fin político de quien cediera.

A día de hoy, Núñez Feijóo no tiene asegurados los votos para ser investido presidente y se presenta harto complicado que los consiga. A priori, la única posibilidad sería con el Partido Nacionalista Vasco, que es conservador de toda la vida, pero que no quiere parecer menos nacionalista que otras formaciones de ese espectro. Y además el PNV siente ya el aliento en la oreja de Bildu, que le ha ido comiendo terreno electoral e institucional a medida que en las Cortes ha ganado protagonismo. ¿Ayudará eso a que el PNV gire y se coloque al lado del PP, facilitando la investidura de Feijóo? Nada es descartable, pero también puede ocurrir que, en caso de prestar sus votos a Feijóo, todavía el desgaste electoral sea mayor, de manera que el PNV viviría la paradoja de ser imprescindible en Madrid e irrelevante en el País Vasco, con el añadido de que en 2024 hay elecciones en esa autonomía.

¿Por qué entonces ese empeño de Feijóo en seguir adelante con su investidura y en sentarse hoy con Sánchez? Porque el presidente del PP está labrando su imagen de hombre de Estado. Se nos olvida con facilidad que llegó de manera apresurada a la dirección del PP y que se acaba de estrenar en el Congreso. Un PP que tiene mucho poder autonómico y loca, con el añadido de que controla el Senado, por lo que cuenta con atalayas de excepción para su gran reto:seguir laminando a Vox y que los votantes que se fueron al partido de Santiago Abascal regresen al redil del PP. Por eso es importante para Feijóo conseguir fotos como las de hoy, como también esa ronda de contactos con otros partidos y con los presidentes autonómicos. Serán conversaciones sin frutos a corto plazo en forma de investidura, pero serán pilares para su continuidad al frente del PP. Con permiso de Ayuso, por supuesto...