Qué son y cómo funcionarán los nuevos alcoholímetros antiarranque

Por este motivo, y aunque todavía está pendiente del trámite en el senado, la nueva Ley de Tráfico incluye el uso de dispositivos alcoholímetros antiarranque. Se establece que «a partir del 6 de julio de 2022 los vehículos de categoría M2, M3, N2 y N3 que dispongan de interface normalizado para la instalación de alcoholímetros antiarranque destinados al transporte de viajeros y de mercancías deberán disponer de alcoholímetros antiarranque. Los conductores de estos vehículos vendrán obligados a utilizar estos dispositivos de control del vehículo». Asimismo, en la reforma el Reglamento General de Seguridad de los Vehículos ya también se fijó que la preinstalación sea obligatoria para todos los nuevos vehículos a partir de julio de 2022.

La función de estos dispositivos en el interior de estos vehículos profesionales (y turismos) es que detecten si el conductor ha consumido alcohol y drogas y que impidan encender el motor en caso de dar positivo. En concreto, este sistema denominado 'alcolock', ya se ha implantado en países como Francia, consiste en un etilómetro similar a los empleados por las fuerzas de seguridad que va conectado al vehículo y que bloquea el motor de arranque para que el conductor no emprenda el viaje si el resultado de la prueba es positivo. Además, según explica la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre su funcionamiento, si se produce una parada de más de 30 minutos habría que realizar de nuevo el proceso y volver a soplar por la boquilla para que el aparato detecte el nivel de alcohol en el espirado.

En detalle, la DGT explica que, activas el 'alcolock' en el momento de entrar en el coche, y soplas a través de la boquilla, para que el dispositivo pueda medir tu nivel de alcohol en sangre. Si el nivel está dentro de los permitidos, puedes iniciar la marcha. Si no, el dispositivo impedirá que puedas arrancar tu vehículo. Cada vez que detengas el motor durante más de 30 minutos, habrá que volver a repetir el proceso. Según recoge COPE, este sistema tiene un precio elevado, que ronda los mil euros, a los que hay que añadir unos doscientos euros más que cuesta la instalación.

Y cabe tener en cuenta que cuando el conductor realice la prueba en el alcoholímetro antiarranque todos los datos que recopile quedarán registrados en la base de datos de la DGT. Por lo que, si la tasa de alcohol permitida en España para los conductores profesionales es de 0,3 g/l en sangre y 0,15 mg/l en aire espirado, si este la supera o es reincidente conllevará sanciones y hasta penas de cárcel. En el caso de ser reincidente conllevará una multa de 1.000 euros, así como la correspondiente retirada de puntos del carné de conducir, que oscila de cuatro a seis en función de la tasa de alcohol obtenida.

Incluso se considera delito cuando las tasas son superiores a 0.60 mg/l en aire y 1.2 gr/l en sangre. Esto puede conllevar una pena de prisión de tres a seis meses o una multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, además de la privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años.