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Matteo Salvini, Giorgia Meloni y Silvio Berlusconi, en un encuentro en Roma reuters
Italia se sumerge en la batalla electoral con la ultraderecha de Meloni como favorita

Italia se sumerge en la batalla electoral con la ultraderecha de Meloni como favorita

Los sondeos vaticinan que el bloque conservador que comanda la líder de Hermanos de Italia obtendría el 46% en los comicios del 25 de septiembre

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Corresponsal. Roma

Viernes, 22 de julio 2022, 17:49

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Aunque no será hasta el 26 de agosto cuando se realice la pegada de carteles con la que inicia de manera oficial la campaña, los partidos políticos italianos ya están volcados en las elecciones generales que se celebrarán el 25 de septiembre. Si se cumple lo que prevén las encuestas, los comicios serán ganados por el bloque conservador que encabeza Hermanos de Italia (HdI), la fuerza política de ultraderecha liderada por Giorgia Meloni. Socia de Vox en el Parlamento Europeo, Meloni ha sacado petróleo de su decisión de no entrar en la amplia coalición que ha sostenido al Gobierno de Mario Draghi durante el último año y medio, quedándose así como la única voz opositora.

De la alianza gubernamental formaban en cambio parte la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia (FI), el partido de Silvio Berlusconi, que han visto cómo HdI les comía el terreno hasta rozar ya el 23% en intención de voto. La competición interna entre las derechas explica en buena parte que la Liga y Forza Italia optaran por dinamitar esta semana junto al Movimiento 5 Estrellas (M5E) al Ejecutivo de Draghi, que se mantiene en funciones hasta la formación del nuevo Gobierno.

Según los últimos sondeos, el bloque conservador, formado por HdI, la Liga y FI, obtendría el 46% de las papeletas, mientras que el Partido Democrático y sus aliados de izquierdas se harían con casi el 30%. El M5E llegaría por los pelos al 10%, confirmando así su histórico debacle, pues ganó las elecciones anteriores, celebradas en 2018, con el 32% de los votos. Se teme, además, que haya una alta abstención debido al hartazgo generado por la caída del Gobierno, el desarrollo de la campaña durante el verano y la falta de movilización del electorado del M5E.

«A Meloni le da más miedo convertirse en primera ministra que a la propia izquierda que lo haga», afirma en tono irónico Mattia Diletti, profesor de Ciencias Políticas en la universidad La Sapienza de Roma, al explicar el vértigo que puede sentir la líder de Hermanos de Italia por encontrarse ante la oportunidad política de su vida. «Sabe que en Italia los liderazgos duran poquísimo. Se queman muy rápido y ella es consciente de que no tiene a la gente apropiada para gobernar». Diletti recuerda lo que le ocurrió al partido germen de HdI cuando se hizo con la alcaldía de Roma en 2008 gracias a su candidato, Gianni Alemanno: «Pretendió presentarse como un regidor moderno y aceptable, pero acabó llamando a su lado a personajes de la extrema derecha que eran impresentables».

«El poder doma»

Ese riesgo de que aflore el ala más extrema de HdI, una fuerza política que seduce a los nostálgicos del fascismo, será a buen seguro uno de los argumentos que utilice la izquierda durante la campaña electoral. No obstante, el profesor de Ciencias Políticas en la universidad La Sapienza de Roma cree que aunque el bloque conservador acabe ganando las elecciones y esté liderado por el partido de Meloni no corre peligro la colocación de Italia dentro de la Unión Europea y de la OTAN.

«El poder doma», afirma, aventurando que la cabeza de lista de Hermanos de Italia «colocará banderas americanas por todos sitios» y realizará «una profesión de fe hacia Europa». La experiencia del primer Gobierno de esta legislatura, formado por el M5E y por la Liga, también invita a que no salten las alarmas. Esos dos partidos coqueteaban entonces con la idea de sacar a Italia de la zona euro e incluso trataron de poner como ministro de Economía a un economista abiertamente contrario a la moneda única, pero se toparon con el filtro del presidente de la República, Sergio Mattarella. A buen seguro el papel del jefe del Estado resultará igualmente crucial en la formación del próximo Ejecutivo y no tendrá empacho en utilizar su derecho a veto con aquellos ministros que puedan suponer una amenaza para las alianzas internacionales del país.

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