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Putin y Shoigu examinan un arma del Ejército el pasado diciembre. AFP
Disensiones internas por la guerra en el entorno de Putin

Disensiones internas por la guerra en el entorno de Putin

Anatoli Chubáis, responsable del 'plan de privatizaciones' postsoviético y mentor del hoy presidente ruso, presenta su dimisión y abandona el país, mientras se desconoce el paradero del ministro de Defensa

Rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú

Miércoles, 23 de marzo 2022

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La posibilidad de que la invasión de Ucrania pudiera desestabilizar el poder de Vladímir Putin es algo que los analistas, tanto fuera como dentro de Rusia, vienen calibrando desde el mismo momento en el que las tropas rusas lanzaron el ataque contra el país vecino. Al mismo tiempo, la mayor parte de los observadores coinciden en que va a ser difícil derrocar a Putin, ya que controla todo el aparato del Estado con mano de hierro.

Sin embargo, cada vez son más los signos que indican que las cosas no van del todo bien, no sólo en el campo de batalla, sino también en el seno de la cúpula rusa. Este miércoles se supo de la renuncia a su cargo de un emblemático y veterano dirigente ruso, Anatoli Chubáis, responsable del 'plan de privatizaciones' postsoviético y persona que recomendó al entonces presidente Borís Yeltsin que incluyera en la Administración del Kremlin precisamente a Putin.

Anatoli Chubáis, responsable del 'plan de privatizaciones' postsoviético.
Anatoli Chubáis, responsable del 'plan de privatizaciones' postsoviético.

Se echa también en falta la presencia pública nada menos que del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, que lleva desaparecido desde el pasado 11 de marzo, mientras se confirma lo que parecía evidente, que la gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, intentó sin éxito dimitir nada más comenzar la guerra.

Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco Central de Rusia.
Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco Central de Rusia.

Chubáis es, de momento, el funcionario de mayor rango que abandona al jefe del Kremlin por discrepancias en relación con la actual «operación especial» en Ucrania, término eufemístico con el que las autoridades rusas se refieren a los ataques y bombardeos que sufre una parte significativa de la población ucraniana. Sobre todo en ciudades como Mariúpol, Járkov, Chernígov, Sumy o Kiev.

La agencia TASS daba este miércoles cuenta de la dimisión de Chubáis como asesor presidencial para las relaciones con las organizaciones internacionales en el ámbito económico y financiero y citaba fuentes de su entorno. Se informaba además de su salida al extranjero, confirmada directamente por el Kremlin, mientras las redes sociales mostraban una fotografía suya sacando dinero de un cajero automático en Turquía.

Desacuerdo de base

La agencia Bloomberg indicaba que la causa de que el artífice de las reformas económicas de los años 90 tomase la decisión de abandonar Rusia es su desacuerdo con la intervención militar en Ucrania. Etiquetado como uno de los «liberales» próximos al presidente, Chubáis ha ocupado diversos cargos en la Administración, en empresas y conservaba una enorme influencia en los círculos económicos del país.

Bloomberg también informaba este miércoles que, efectivamente, tal y como todo parecía indicar a finales del mes pasado, la reputada gobernadora del Banco Central de Rusia trató de quitarse de en medio tras el aluvión de sanciones internacionales que cayeron sobre Rusia inmediatamente después del comienzo de la guerra. Pero Putin no la dejó irse e hizo que Nabiullina, nombrada para el cargo en 2013, fuera designada para seguir al frente del Banco Central cinco años más.

Pero muchos de sus colaboradores dentro del banco relatan una situación total de «desesperanza» en las semanas posteriores a la invasión, sintiéndose atrapados en una institución en la que sus habilidades y experiencia serán de «poca utilidad», ya que están orientadas a una economía de mercado y Rusia ha quedado aislada del resto del mundo. Para mitigar el efecto de las sanciones, el pasado 28 de febrero, el Banco Central de Rusia subió la tasa directriz de 9,5% a 20%, impuso medidas drásticas sobre la compra de divisas para frenar la caída del rublo y mantiene la Bolsa de Moscú cerrada para evitar su hundimiento.

Tras su nombramiento como gobernadora del Banco Central en 2013, Nabiullina, que fue ministra de Economía entre 2007 y 2012, logró controlar la crisis monetaria causada por la caída de los precios del petróleo y las sanciones por la anexión de Crimea. Redujo la inflación a niveles nunca antes registrados en Rusia y recibió las alabanzas de Christine Lagarde, siendo ésta directora del Fondo Monetario Internacional, como una de las mejores monetaristas del mundo.

Ahora, deberá gestionar las consecuencias de una guerra que ha deshecho rápidamente gran parte de lo que logró en los últimos nueve años. Los economistas vaticinan una caída de dos dígitos en la producción este año. Por otro lado, el colapso del rublo y la escasez de bienes pueden desencadenar una inflación de hasta un 25%, una tasa que no se ha visto en Rusia desde el incumplimiento de pago de la deuda del gobierno en 1998. Quienes la conocen estiman que Nabiullina no podrá con su actual responsabilidad porque no se formó para trabajar en tiempos de guerra, con los mercados financieros cerrados y en medio de severas sanciones.

Cúpula militar

En un ámbito completamente distinto, se especula con las causas que pueden haber motivado que el ministro de Defensa haya desaparecido de la escena en medio de la guerra. Se le vio por última vez el 11 de marzo. Después, el 18 de marzo, a Shoigu se le menciona en la web del Kremlin participando en un encuentro con el jefe del Estado y el resto de los miembros del Consejo de Seguridad convocada para evaluar la marcha de la operación militar en Ucrania, aunque no se publicaron imágenes de la reunión. Tampoco ha hecho acto de presencia el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, el general Valeri Guerásimov.

El general Valeri Guerásimov.
El general Valeri Guerásimov.

Este miércoles precisamente, el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, echó de menos a Shoigu y Guerásimov y se extrañó de que tampoco hayan hecho público ningún comunicado oficial en los últimos días. Según Podoliak, tampoco se sabe nada del director de los servicios secretos (FSB), Alexánder Bórtnikov, del secretario del Consejo de Seguridad, Nikolái Pátrushev, y del jefe de Servicio de Inteligencia Exterior (SVR), Serguéi Narishkin. «Los que sí están bien visibles son el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov», dijo Podoliak.

Alexánder Bórtnikov.
Alexánder Bórtnikov.

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