Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este lunes 8 de diciembre de 2025

Un vals para irse feliz a la cama

Domingo, 12 de enero 2014, 20:55

Riccardo Muti maneja a su orquesta y al público con maestría. En la noche del sábado, con el auditorio Alfredo Kraus rendido a sus pies, tras la Quinta de Beethoven y el descenso a las tinieblas con el que finaliza la Sinfonía fantástica, de Berlioz, sabía que el adiós de la etapa grancanaria de la Orquesta Sinfónica de Chicago merecía una despedida festivalera. «Para volver a casa» con el alma en paz, como él mismo anunció a viva voz, apostó por los conocidos vals vieneses. La obertura de la opereta Indigo und die vierzig Räuber (Indigo y los 40 ladrones), de Johan Strauss, puso el broche final a dos conciertos que, a tenor de la respuesta del público, colmaron las expectativas.

Llegó al fin la noche de la Quinta de Beethoven. La cita para la que no existe la crisis. De ahí que las entradas se agotaran hace semanas, a pesar de que sus precios oscilaban entre los 60 y algo más de cien euros por localidad. Por lo que se escuchó, si el espíritu de Beethoven resucitó ayer, regresó a la otra vida más que satisfecho, tras degustar cómo sonaba una de sus piezas emblemáticas. De nuevo, como el viernes, la Sinfónica de Chicago ofreció un espectacular derroche de virtuosismo y de sonido compacto, con «unos pianísimos», como recordaba en torno a la medianoche una profesora de música grancanaria, que fulminaban, si es que aún existen, las dudas que algunos han sembrado en torno a la acústica del Alfredo Kraus.

El único pero a la Quinta nació en el primer anfiteatro derecho. En los últimos instantes de la pieza, un espectador se sintió indispuesto. Los que ocupaban los asientos cercanos y los responsables del Auditorio comenzaron a auxiliarle con rapidez. Apenas un par de minutos después, mientras el público desfilaba al descanso, fue evacuado.

La despedida quedaba entonces en manos de Hector Berlioz y su Sinfonía fantástica, compuesta en 1830. Sus cinco movimientos se convirtieron en una plataforma perfecta para el lucimiento de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Nuevo recital de una sección de cuerdas espectacular, tal y como se lo hizo saber el público al finalizar. Los mismos vítores, o más, recibieron los vientos, metales y la percusión, secciones muy exigidas en esta obra en la que Berlioz se inspiró en el desarrollo vital de un artista.

El concierto contó con la presencia de José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo. Llama la atención la presencia de un miembro del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy en uno de los conciertos de esta 30ª edición del Festival Internacional de Música de Canarias, ya que este año se le ha retirado la subvención que recibía del Ministerio de Cultura, a través del Inaem.

Sigues a Victoriano Suárez Álamo. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Un vals para irse feliz a la cama

Un vals para irse feliz a la cama