La Cruz vuelve con su pueblo
Corría el 21 de abril de 1938, en plena Guerra Civil. Estaban los trabajadores cortando un pino en la finca de la marquesa del Muni y, de repente, dan con una cruz y su molde. Aquello trascendió tanto que desde entonces se montó una fiesta anual. Duró varias décadas. Luego desapareció. Ahora San Antonio quiere recuperarla.
A la Cruz nunca le faltaron flores cada mes de mayo. De eso se encargaban dueños y cuidadores de la finca de la marquesa, Pino de León, que ya falleció. Ahora reside en ella una de sus nietas y su familia. Se le construyó una especie de cuevita o de altar con una placa de recuerdo donde se glosa la escena de su hallazgo. Durante décadas, la finca se abría cada 3 de mayo, día de la Santa Cruz, a gentes llegadas de media isla que venían atraídas por la leyenda de aquella cruz de aparición cuasi milagrosa. San Antonio iba en peso. Se le rendía honores a la cruz y después se organizaba una merienda bajo un frondoso palmeral que estaba y sigue estando junto a la casona de la finca. Tanta gente iba que, según aseguran, aquellas fiestas llegaron a ser más importantes que las propias de San Antonio. Luego iban en romería hasta la mítica sociedad del barrio, donde celebraban el baile del asalto.
Pero todo eso se fue diluyendo como un azucarillo con el paso de los años. Hace 30 que no se hace de forma regular y sólo se ha celebrado esporádicamente dos o tres veces. Candelaria Quintero, más conocida como Yaya, y un grupo de vecinos entusiastas se han propuesto sacar esta fiesta del olvido y recuperarla con el vigor necesario como para mantenerla en el tiempo. Por lo pronto, los propietarios de la finca han puesto su grano de arena y permitirán el acceso a la cruz. «La gente se ponía lo mejor que tenía para ir a aquella romería», rememora Yaya, que preside además la comisión de fiestas de San Antonio. Ella y muchos de los que ahora rescatan esta tradición guardan bonitos recuerdos de cuando la disfrutaban siendo apenas unos niños. Precisamente la tarjeta de invitación de este año parece una postal con una foto en blanco y negro de un grupo de adolescentes asistentes a la fiesta.
La romería, mañana. Quien quiera rememorar viejos tiempos o pasar un buen rato a la antigua usanza sólo tiene que vestirse de típico y unirse a la comitiva de romeros que saldrá mañana, a las 19.30 horas, de la plaza de San Antonio a la zona de El Alcaravanal, donde permanece la casona de la finca del marquesado del Muni. Frente a ella sobrevive el altar a donde irá a parar la romería. Argelia Peña, hija de uno de los trabajadores que cortaron el pino y hallaron la cruz, contará cómo le llegó a ella la historia. Harán una merienda y volverán a San Antonio, a la sociedad, donde celebrarán el asalto con anís del mono y galletas María. Como antaño.
Allá por 1938...
Hay hasta foto de los momentos posteriores al hallazgo. Lo protagonizaron Expedito y Nicolasito el jardinero junto a tres trabajadores, Manuel Peña, Juanito Ramón y Gregorio Machín. En cuanto corrió la noticia se presentaron hasta militares. Aquel milagro no quedó en balde y dio pie a una tradición que se hizo un nombre en el panorama festivo de la isla.
