La cara más joven y amable de un PP con pedigrí
A Lucas Bravo de Laguna le marcó el destino nada más nacer. Los apellidos del actual alcalde de Santa Brígida pesan, y mucho, sobre todo en el Partido Popular, donde no tardó en abrirse camino. Quien le eligió el nombre tampoco anduvo despistado.
Su tocayo en inglés Luke Skywalker y toda su Guerra de las Galaxias han sido para Lucas algo más que una película de cine. Adora esa saga y no lo oculta. La pone en un lugar destacado entre sus preferencias en el perfil de Facebook. No es nada extraño en un idólatra confeso que puso Iván a su único hijo, el desvelo de sus sueños, en honor de uno de sus ídolos deportivos, el tenista Ivan Lendl.
Pero no se llamen a engaño. Esa cara más o menos excéntrica de este joven político grancanario del PP no hace sombra a sus méritos para llegar hasta aquí. Los tiene y a costa del sudor de su frente.
Que el apellido le marcó es cierto y que le abrió puertas, también, pero hubo momentos en que casi fue un hándicap. Su padre, José Miguel, lo fue todo en el PP, pero llegó a ser nada, y en esas trece Lucas mantuvo el tipo. Pareció que recogía su testigo.
En la misma noche de las elecciones en que su padre dejaba la cabeza del PP en Canarias e iniciaba una larga travesía del desierto, Lucas se convertía en el concejal más joven de las islas. Fue en 1999, con sólo 23 años, y en Santa Brígida, de donde, sólo dos mandatos después, acabó de alcalde, en 2007.
Constante como pocos, fue labrándose una experiencia y hasta un nombre a la sombra de aquel viejo titán de la política local, el poco ortodoxo Carmelo Vega, el mismo que como alcalde se gastaba fama de no dejar crecer la hierba a su lado.
Pero Lucas fue subiendo peldaños y hasta hubo un momento en que, por disciplina al partido, se unió a sus compañeros para apartar del puesto a Vega. Al final, cosas de la vida, acabó cogiéndole el bastón de mando que aspira a mantener tras estos comicios.
Ya tiene otras tablas y hasta otro peso en la política insular. Desde enero de 2010 es secretario general del PP en Gran Canaria y todo apunta a que eso es sólo el principio de una carrera que tiene miras aún más altas.
En su haber tiene su juventud, pero también su buena oratoria, su predisposición para dar la cara, su cintura política, aquella que hizo posible que su PP local pactara con Los Verdes en 2007, y ese rol de poli bueno que le ha endosado su partido para representarle en medios poco o nada afines. Es la cara amable de un PP con pedigrí.
El tenis
Le pirran los coches. Los cambia casi cada 2 años. Ahora conduce un mini. Eso, el cine y el deporte comen el poco tiempo libre que no le dedica a su hijo, de 4 años, por el que se desvela. Tiene 35 años, está separado y vive en Los Toscanes, La Atalaya (Santa Brígida).
Viene de colegios buenos, como el Garoé, pero para hacer Relaciones Laborales optó por la pública, la ULPGC. Fue campeón de tenis de Las Palmas en 1995 y ha hecho de caddie de su cuñado, Car Suneson, jugador profesional de golf.
