José Antonio Bastos: «El instinto solidario de los canarios es muy fuerte»
El presidente de Médicos Sin Fronteras está en Canarias mostrando la labor que la organización desarrolla en el mundo. Está «impresionado» por el carácter solidario de los canarios y asegura que la crisis lejos de afectarles les ha traído más socios si cabe.
¿Está en Canarias con una campaña para dar a conocer la labor de Médicos Sin Fronteras (MSF) y también para conmemorar el 40 aniversario de la ONG. ¿Qué ha cambiado en el mundo humanitario en este tiempo? En estos 40 años, por desgracia, el mundo no ha cambiado su actitud como para que MSF pudiera desaparecer. Tras la II Guerra Mundial se creó un sistema entre Naciones Unidas, la diplomacia, leyes internacionales, protección de refugiados que parecía que iba a ser mejor, pero estos 40 años han sido decepcionantes por lo poco que hemos progresado. Es muy descorazonador. Pero, en positivo diré que en este tiempo ha habido unas movilizaciones de solidaridad de la ciudadanía muy potentes y nosotros nos nutrimos de eso. El apoyo que tenemos, a pesar de la crisis, de la población canaria y de la española es impresionante. ¿En qué medida esta afectando la crisis a la solidaridad y a MSF? Lo más chocante es que la crisis está afectando mucho menos de lo previsto al apoyo que MSF recibe de la sociedad española y canaria. Los socios que tenemos en vez de darse de baja rebajan su cuota y mucha gente nueva que se ha hecho socia. Es muy impresionante ver como el instinto solidario de los canarios, y de los españoles en general, es tan fuerte que, incluso en momentos difíciles para todos, les hace percibir las situaciones tan dramáticas que hay en tantas partes del mundo a las que hay que responder. Y tenemos que agradecer mucho, no en nombre de MSF, sino de las personas que están recibiendo ayuda, la confianza que un sector importante de la población deposita en nosotros. Muchas gracias. ¿Hacia dónde está yendo el sistema humanitario mundial? No fue hasta después de la caída del muro de Berlín y un montón de guerras como las de Somalia o los Balcanes que el mundo se apuntó a lo humanitario y, lo que antes era demasiado poco, ahora es demasiado mucho. Ahora el sistema humanitario oficial es un aparato enorme, complicadísimo, muy burocratizado, muy lento, e incluso muy politizado e instrumentalizado, y lo que vemos de Naciones Unidas es que no responde en la medida que debería a las necesidades de la población. MSF está en más de 60 países, ¿cómo deciden a dónde acudir? En muchos casos es por información de primera mano, de equipos nuestros en países vecinos, pero también vamos allí donde hay grupos grandes de seres humanos cuya existencia está en peligro o padecen un sufrimiento extremo por guerras o catástrofes naturales y creemos que la intervención médica puede ayudar a salvar vidas, a aliviar sufrimiento o a devolver la dignidad. Vamos allí donde otras organizaciones no pueden responder, por eso últimamente estamos más en zonas con conflictos muy complicados y con una reputación de neutralidad que permite que seamos aceptados. ¿Su independencia económica es garantía de esa neutralidad? No estamos de ninguno de los dos lados en los conflictos, no favorecemos opciones políticas, religiosas o étnicas. Y prueba de esa neutralidad es la independencia económica de nuestra organización que se financia a un 80 o 90% se de las contribuciones de individuos, no de gobiernos. En Canarias preocupa la cercanía con África, sobre todo por enfermedades como el dengue o el ébola. ¿Hay motivo para ello? No hay razones para esa preocupación. El riesgo es igual si acaso que en los alrededores de aeropuertos como el de Madrid o Barcelona a donde llegan turistas infectados de una cosa u otra.