Espaguetis picantes con gambones, una receta rápida, fácil y súper sabrosa

Una de mis cenas favoritas cuando era niña era los espaguetis con kétchup. Sin más. Por entrar en detalles, los espaguetis tenían que ser de La Isleña, concretamente del número tres porque tenían ese punto justo de grosor que absorbía el kétchup y los llenaba de sabor. Por supuesto que el kétchup solo podía ser el de Intercasa y aún hoy, ambos productos siempre están en mi despensa.

Cierto es que el kétchup hoy en día lo emplean más mis hijos y son más afines a otras marcas, pero, si tengo que hacer una salsa cóctel o cualquier otra receta que lo lleve, solo utilizo éste porque son sabores que se asocian a mi memoria gustativa y que me llevan directamente a esas cenas que se convertían en fiestas improvisadas porque, sobre todo, los espaguetis siempre fueron la elaboración más socorrida cuando nos juntábamos muchos de manera espontánea.

Primos o amigos, aquellos ratos eran de lo más divertidos y hasta muchas veces pensé que se quedaban a cenar para comerse los espaguetis antes de irse a su casa.

No tenían ninguna ciencia, ni truco, ni secreto, pero, aquellos espaguetis sabían a diversión, a acostarse tarde sin que mi padre nos buscara y señalara el reloj de su muñeca y marcara el toque de queda. Sabían a juegos de mesa o a ver todos juntos el 'Un, dos, tres responda otra vez' o a la película 'Regreso al futuro'.

Hoy que los gustos varían, que existen más productos en los lineales de los supermercados, ya toca 'sofisticarla' un poco y adaptarla a los paladares de mi casa, pero hay dos cosas que no cambian: la primera, la pasta porque quiero que absorba todo ese toque picante que a los míos les encanta y la segunda, la esencia de seguir siendo una elaboración que celebra como pocas cuando nos juntamos muchos, alrededor de la mesa.

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