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La gestión de la pandemia del coronavirus ha consolidado con firmeza de acero el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. El candidato del PP a la Xunta de Galicia cumplió este domingo con las expectativas y logró su cuarta mayoría absoluta consecutiva alcanzando así la marca de Manuel Fraga. No pudo igualar los resultados imbatibles del histórico dirigente gallego, cuando en los años 90 sobrepasaba el 52% de los votos, pero sí mejorar su propio marcador al conseguir 42 escaños frente a los 41 que obtuvo en las dos últimas citas autonómicas.
Con 618.000 papeletas, 58.000 menos que hace cuatro años, Núñez Feijóo se situó en el 48%de los votos, confirmó su hegemonía en el centro derecha y disipó los temores de que el rebrote de A Mariña (Lugo) y la campaña de la izquierda respecto a la inseguridad de acudir a votar sirviese de elemento disuasorio y le privasen del éxito. «Gracias, gracias y gracias a toda Galicia que en medio de una situación adversa fueron a votar», agradeció el barón más influente de los populares, que tendrá que encarar desde ya la tarea de reconstruir Galicia para salir de la crisis abierta por la covid-19.
La victoria de Núñez Feijóo es, además, un aviso a Pablo Casado porque marca a Génova la forma en la que debería posicionarse políticamente a partir de ahora. El gallego, pese a que ha repetido en campaña que se quedará en su tierra para completar la legislatura que ahora va a echar a andar y que, además, será la última, ha mantenido un discurso propio, moderado, muy alejado de las posiciones extremas del líder nacional, del que se ha querido distanciar desde hace meses.
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El otro ganador de la noche es el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que confirmó su 'sorpasso' al PSdeG al conseguir 19 diputados frente a los 14 de los socialistas, que no han sabido sacarle rendimiento a un Gobierno amigo a nivel estatal. Los nacionalistas gallegos, con más de 300.000 votos y el 23,7%, se sitúan como el principal partido de la oposición y recuperan las posiciones que perdieron en los comicios de 2016, cuando tocaron techo al obtener tan sólo cuatro escaños, en detrimento de En Marea.
Todo un éxito para la formación de Ana Pontón que consiguió capitalizar la fuga de votos de En Galicia en Común, que fue el perdedor de la noche al quedarse fuera del Parlamento gallego, al igual que Ciudadanos y Vox. «Quiero agradecer la implicación d elos gallegos en un momento en el que Galicia se jueg tanto», remarcó la líder nacionalista.
Con 250.000 sufragios y el 19% del apoyo, los socialistas mantuvieron el resultado obtenido hace cuatro años. Un aviso para Pedro Sánchez y la dirección federal, que esperaban más de la candidatura liderada por Gonzalo Caballero, e incluso llegaron a hablar durante la campaña de la posibilidad de gobernar si los partidos de izquierdas lograban arrebatarle la mayoría a Núñez Feijóo.
El más castigado, sin duda, es Unidas Podemos, que ayer bajó a los infiernos de golpe y sin anestesia. La formación de Pablo Iglesias que en la últimas autonómicas en Galicia se estrenaba por la puerta grande, superando al PSdeG como segunda fuerza y obteniendo 14 diputados, desapareció de la Cámara gallega. De nada sirvió que el vicepresidente segundo del Gobierno y una de las ministras mejor valoradas, Yolanda Díaz, se volcasen en la campaña. No fue suficiente.
La división interna de la antigua alianza electoral En Marea y las últimas polémicas que envuelven al partido han penalizado duramente a los morados, que tan sólo consiguieron poco más de 50.000 votos, un 3,42%. «Nuestro espacio político ha sufrido una derrota sin paliativos», reconoció Iglesias en Twitter, que hizo una llamada a la «autocrítica» y a aprender de los errores «que sin duda hemos cometido».
La victoria incontestable del PP frenó todo intento de Vox y Ciudadanos de entrar en el panorama político gallego. La formación de Inés Arrimadas empeoró su resultado de 2016 al no llegar ni al 1% de las papeletas frente al 3,38% de los votos. En el caso del partido de Santiago Abascal, vivió su primer fracaso electoral a nivel autonómico. Pese a que durante la campaña echaron el resto y llenaron Galicia de los pesos pesados del partido, se quedaron en el 2%, con apenas 26.000 votos.
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