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«Criticar la RIC es tirar piedras contra el propio tejado»

El próximo septiembre José Cristóbal García cumplirá 27 años como secretario general de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE). En esta etapa ha sido testigo y participado en los hitos que han marcado el devenir de la economía canaria, como la adhesión a la CEE y la reforma del REF. Hoy sigue al pie del cañón, siempre con el objetivo de contribuir al progreso de la islas.

Domingo, 1 de julio 2018, 13:00

— La CCE le ha reconocido sus 27 años de trabajo en la organización. ¿Qué balance hace de estos años?

— No considero que el reconocimiento sea a mí. Es lo mismo que el acto de celebración de los 40 años de la CCE, que tuvimos la semana pasada. Con él quisimos reconocer a todos aquellos que han trabajado para que la CCE tenga la relevancia que tiene hoy. Esto no es un persona. Los presidentes han hecho mucho, han dado la cara y a muchos se les ha partido. Eso se lo reconocemos pero hay muchas más personas anónimas que han trabajado por la CCE. Aquí todo parece fácil pero no lo es tanto. Son muchas horas, mucho trabajo y muchas ganas.

— Es memoria vida de la economía canaria de la última década. ¿Algún hecho que resaltaría?

— Yo me gocé el proceso de adhesión a la Comunidad Económica Europea durante mi etapa en el Gobierno de Canarias. Me tocó el Protocolo 2 y después, lo viví desde el otro lado en la CCE. Se empezó a hablar de la reforma del REF, que es muy importante para Canarias aunque haya gente que crea que le es ajeno. Ahora hablamos mucho del descuento aéreo del 75%, pues eso es REF. El REF son instrumentos que cambian y se van adaptando a los tiempos y que sirven para compensar los sobrecostes de vivir y trabajar en Canarias. Esto fue muy importante en el 91. Costó algún gobierno y luego, la manifestación de los empresarios movilizando en la manifestación del Basta ya, que fue lo primero que organicé cuando llegué a la CCE. Entonces éramos solo 6 y apenas había recursos.

— Hasta hoy, cuando la CCE cuenta con el mayor respaldo de su historia.

— Yo creo que sí. La fuerza la dan los afiliados, las sectoriales. Sin ellas, no creceríamos. Hoy tenemos más de 20.000 empresas de un total de 141.000. Somos de las organizaciones con mayor nivel de afiliación de España.

— Ha habido momentos duros en la patronal con enfrentamientos que se saldaron incluso con la marcha forzada de algún presidente...

— Sigue habiendo desavenencias pero nada grave que divida. Hay temas que se debaten como la vivienda vacacional o el REF. Yo creo que hay gente que no entiende el REF, incluso en mi propia organización. Algunos, por ejemplo, dicen que la RIC es para los grandes y otros que solo para los pequeños. El REF es para todos. Decir otra cosa es tirarse piedras contra su propio tejado.

— ¿Dónde está el debate respecto a la vivienda vacacional?

— Hay un debate sobre cómo se regula. Es un tema complejo porque hay gente con intereses en el vacacional y hay sector turístico. Yo creo que hay mucha vivienda vacacional ilegal y lo que hay que hacer es regular y que las reglas de juego las conozcamos todos. También hay que seguir prestigiando nuestro destino, con calidad. No vale que se haga en cualquier esquina vivienda vacacional porque eso trae un turismo que no interesa pero es cierto que esta opción ha venido para quedarse.

— ¿Es difícil trabajar con presidentes con perfiles políticos tan marcados como Agustín Manrique de Lara?

— No. De todas formas yo creo que ya no tiene esa visión, quizás cuando entro, al principio... En la CCE aprendes a trabajar. No se trata de lo que tú opinas. El éxito o el fracaso de cualquier líder empresarial, tenga labor ejecutiva como yo o más representativa como el presidente, radica en que lo que tú digas sea lo que tu mesa piensa. Si yo actúo en la medida en que sepa cómo opinan los empresarios o los directivos de esas empresas, todo va bien. La mesa de los empresarios es muy activa, todos opinan y siempre hay conflicto pero del bueno.

— ¿Qué tema es el que más preocupa ahora mismo a los empresarios?

— Ahora mismo, que estamos en un buen momento económico, es fundamental quitar obstáculos que permitan hacer y crecer y que las empresas contraten. Se pide que las empresas contraten pero luego no te dejan y quieren que se diversifique pero no saben hacerlo ellos. La administración está para dejar a las empresas caminar, allanarles su camino para crecer.

Hemos hablado del REF, ¿cree que se producirán los cambios solicitados para potenciar la rehabilitación turística?

— Es fundamental. Han conseguido casi bloquear la rehabilitación. En Gran Canaria hacen falta hoteles de cuatro y cinco estrellas y mejorar lo viejo pero luego no te dejan utilizar la RIC para ello. Es un disparate. Por ahora no sabemos si saldrá adelante en el Congreso pero esperamos que haya modificaciones en el REF para que la RIC se invierta en rehabilitación. En cuanto a la RIC, insisto, es fundamental. Fomenta la inversión, hace que el empresario sea creativo y emprenda. Permite que los beneficios no se distribuyan en el resto del Estado sino que se queden en Canarias y ¿protestamos?. Es absurdo.

— En el informe anual de 2017 vuelve a ponerse de relieve el desequilibrio inversor hacia Tenerife y que Gran Canaria crece menos. Nada cambia pese al paso de los años.

— Hay más peso del sector público en Tenerife que en Gran Canaria pero lo generan todas las administraciones. Y es cierto que entre 2007 y 2015 es la isla más perjudicada. Y decimos que hay bloqueo porque no han dejado construir hoteles y aún hoy se está parando.

— En este sentido, ¿están contentos con Gobierno y Cabildo?

— No están facilitando lo que hace falta para crecer en el turismo.

— ¿Ha sido una mala gestión la de Clavijo en el Gobierno de Canarias?

— No. Lo bueno es que hay diálogo. Nosotros tenemos que ser oídos y se nos escucha. ¿Se nos hace caso? Pues no del todo pero todos, empresarios y sindicatos, participamos y eso es muy positivo. Otra cosa es que critiquemos donde hay que criticar y nosotros lo hacemos en las mesas que haga falta. En cualquier caso es complicado gobernar en minoría, tanto a aquí como a nivel nacional, pero es en lo que deben esforzarse. En todo caso, hay consejerías que escuchan más que otras.

— ¿Es la mejor la de Pedro Ortega, la de Economía?

— En Empleo también. En Economía sí pero no significa que haga lo que nosotros queramos. Hablamos, nos entendemos pero no actúa como le decimos nosotros.

— En cuanto al Cabildo, que se ha opuesto al gas canalizado pese al interés empresarial. ¿Qué opina?.

— Hemos dado un paso atrás. Todos apostamos por las renovables, que quede claro, pero el sol y el viento no es una constante. Debe haber algo que genere energía cuando no se dé el sol y el viento. El rechazo al gas porque va a retrasar las renovables no es un discurso correcto. Es un discurso político. Probablemente tengamos el gas en Tenerife y no en Gran Canaria y eso traerá pérdidas de competitividad y la desigualdad entre islas se agravará. Hay muchas cosas que no entiendo como el bloqueo al muelle de Agaete. Debe desarrollarse la zona y generar actividad económica en la zona y empleo. No entiendo el rechazo.

— A futuro hay riesgos en el horizonte, ¿es posible una nueva crisis en dos o tres años?

— Crecemos más de un 2% desde 2013. En este entorno y con los riesgos que hay en el horizonte, uno se plantea, hasta cuándo seguiremos creciendo y si estamos preparados para cuándo cambie la política monetaria del BCE. En la patronal soy yo el que advierte, ojo, que estamos creciendo pero hay que tomar medidas ante los riesgos que se avecinan. Esto permite tomar decisiones para que esos riesgos tengan los menores efectos. Ahora tenemos una ventaja y es la capacidad de adaptación que permite la reforma laboral. En la crisis muchas empresas cerraron porque no se pudieron adaptar. Y está claro que cuanto reacciones y te adaptes a un problema más posibilidades tienes de salvar la situación.

— ¿Cuando se producirá en Canarias el ajuste entre la oferta y la demanda del mercado laboral y podrán subir los salarios?

— Hay sectores que ya tienen problemas para encontrar trabajadores, como el metal. Pero en general aún hay desfase. La formación no se adapta a lo que quiere el mercado. Además, hay que fomentar el emprendimiento. No todos pueden ser funcionarios. En cuanto a los salarios, no se pueden subir ni de forma generalizada ni a todos por igual porque entraríamos en una pérdida de competitividad total. Unos tienen más formación y trabajan más y no se puede pagar a todos por igual. Hay que vincularlo a la productividad.

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