La prueba del algodón con los primeros amistosos de nivel

La probeta de ensayos de Pepe Mel entra ya en su fase determinante, con la Liga menos de un mes y la inminente celebración de los encuentros amistosos que necesita para ir baremando y ajustando el potencial de sus jugadores. Todavía pendiente de los últimos retoques en materia de altas, también de que se concreten las bajas que interesa definir, el entrenador de la UD contempla la concentración que se inicia mañana en Marbella, y que se prolongará hasta el próximo día 28, con especial interés y entusiasmo. De momento, le gusta lo que ve y tiene y percibe en la plantilla el punto de intensidad y empeño perfecto a estas alturas del calendario para llegar a mitad de agosto con garantías competitivas.

Pero, más allá de esa satisfacción interna que comparte con su cuerpo de auxiliares, Mel ansía ver a sus hombres ante otros equipos para saber sus respuestas fuera de Barranco Seco. No dudó en pedirle a la dirección deportiva un calendario de amistosos exigente, destinado, como se enfoca este banco de pruebas, a establecer mecanimos de corrección sin que el resultado preocupe. Serán todos adversarios de superior categoría, lo que avanza un nivel de exigencia superlativo. Espanyol, Sevilla, Wolverhampton y Cádiz, en ese orden, dibujan para la UD una semana de aliños mayúsculos.

A diferencia de veranos anteriores, en los que hubo quejas veladas de una planificación manifiestamente mejorable, con encuentros con oponentes de escala regional y en campos de césped artificial, ahora se han satisfecho al detalle las demandas del cuerpo técnico. Por encima de los marcadores, que se consideran tan anecdóticos como, en algunos casos, poco accesibles (vencer a un Sevilla de Champions tampoco es que sea una petición muy proporcional), se privilegia avanzar en la puesta a punto con el Valladolid, piedra de toque en el estreno oficial, en mente.

Mel no renuncia a consolidar un núcleo duro que vertebre la nueva UD que está construyendo, pero quiere ver a todos los jugadores en acción, por más que alguno pueda acabar saliendo o, en el caso de los canteranos, no haciéndose sitio entre los mayores. Lo que está por ver es que entre en la expedición el francés Loiodice, quien sigue sin trabajar con el grupo, después de más de medio año de baja por su pubalgia, y su presencia en estos amistosos es más que dudosa. Que se quede en la Ciudad Deportiva estos días para acelerar su puesta a punto es una de las cuestiones que se valoran

Casos como el de Jesé, incorporado con retraso a la pretemporada, o los recién llegados Ferigra, Unai Veiga o Peñaranda, que necesitan kilómetros y velocidad en las piernas para activarse después de no tener excesiva presencia en los últimos meses, incrementan el interés de unos amistosos escalonados y que permitirán, también, sesiones de calidad en las instalaciones del Marbella Football Center.

Hay unos objetivos programados y, para la vuelta, con agosto ya en puertas, quiere Pepe Mel haber resuelto algunas dudas y, al tiempo, notar en la plantilla los progresos propios que habrá dado medirse a equipos de Primera y ante los que, previsiblemente, tocará pelear en inferioridad de recursos por las diferencias existentes. Situación perfecta a ojos del técnico para finalizar julio, fase en la que ningún valor tiene solventar amistosos en comparación con la conveniencia de sudar y asimilar conceptos para cuando llegue el fuego real y los puntos en juego. Que es lo que da de comer.

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