A pocos sorprendió el cese Mel en enero. Su figura, con cierto desgaste ya, dibujaba un cambio para revertir la situación de una UD que, en ese momento, se tambaleaba en la tabla clasificatoria. Sí que hubo más sorpresas con la apuesta de García Pimienta, un desconocido para muchos en el fútbol profesional pero con un currículum envidiable en tareas de formación. Cocinó a fuego lento, en los filiales del FC Barcelona, a muchas de las perlas que brillan hoy en día. Y casi un año después, su trabajo en Las Palmas pone en valor el atrevimiento del club amarillo en una decisión arriesgada.
El 24 de enero de 2022, Pimienta se hizo cargo de la plantilla grancanaria. Pese a que empezó con cierta incertidumbre, ganando tan solo uno de sus primeros siete encuentros (cuatro empates y tres derrotas), consiguió enlazar una racha gloriosa que incluso casi lleva en volandas a Las Palmas a Primera División. La UD despegó en Pucela. Los amarillos vencieron por la mínima al Valladolid (0-1 con gol de Sadiku) y el resto ya es historia.
Luego, la Unión Deportiva despachó a Leganés (4-2), Ponferradina (1-2), Amorebieta (1-0), Málaga (2-1), Mirandés (1-0), Alcorcón (0-2), Oviedo (2-1) y Sporting de Gijón (0-1). Cedió tablas contra Eibar (2-2) e Ibiza (1-1). Números impolutos, con 11 choques seguidos sin caer, que permitieron a los grancanarios jugar la promoción de ascenso. El tropiezo llegó en el playoff ante el eterno rival, el CD Tenerife, cayendo en la ida (1-0) y en la vuelta (1-2).
23 encuentros seguidos de Liga regular sin perder
Cabe destacar que Las Palmas, con García Pimienta a los mandos, se ha convertido en un combinado fiable, seguro y poderoso. Lejos del Gran Canaria ha cambiado por completo la cara al equipo. Porque antaño, y no hace mucho, le costaba un mundo sacar partidos a los amarillos en tierras peninsulares, pero ahora compite como nunca.
Llegó a acumular, además, 23 encuentros de Liga regular (sin contar el playoff de ascenso) sin conocer la derrota. Una auténtica barbaridad que acentúa la figura del preparador de la UD, que acaba contrato en junio de 2023 y a quien desde el club harían bien en atar en corto cuanto antes. Porque su trabajo no pasa desapercibido para nadie, ni siquiera en la máxima categoría del fútbol español.
Con todo, la UD va a cerrar el 2022 en lo alto de la tabla clasificatoria y dentro de los puestos que dan acceso a la élite de manera directa. La victoria en casa del Villarreal B coloca a los isleños en órbita una vez más y, a falta de ver qué hacen hoy Eibar y Alavés, que tienen ambos encuentros complejos fuera de casa, ante Levante y Málaga, respectivamente, los de Pimienta mandan.
Ahora solo falta que 2023 traiga fortuna y salud para que respeten las lesiones, pues todavía tiene que recuperar Las Palmas a jugadores del nivel de Sandro, Jonathan Viera, Valles, Vitolo o Benito. Y que la dinámica siga siendo tan positiva como ha sido desde que Pimienta se hizo cargo del banquillo, claro está. De ser así se podría hablar de una UD de Primera. Al tiempo.
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