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Mundial | Fase de clasificación

Morata acaba con el sufrimiento

Un gol del delantero a última hora socorre a España frente a la combativa pero desacertada Suecia y certifica el pase de La Roja al Mundial de Catar

Óscar Bellot

Enviado especial a Sevilla

Sábado, 13 de noviembre 2021

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España busca redondear otra faena en Sevilla. La Roja recala en la ciudad que durante tantos años fue un amuleto casi infalible a la hora de conjurar todo tipo de amenazas con el objetivo de sellar frente a Suecia un billete para el Mundial de Catar que tiene en la mano gracias a su triunfo en Atenas y el pinchazo de los escandinavos en Georgia. Solo falta un pasito y hay colchón: un empate basta para certificar su presencia en la atípica Copa del Mundo que se disputará en otoño del próximo año.

Pero Luis Enrique no quiere ni oír hablar de especular con el resultado. Lógico: jugar a las tablas suele ser una receta idónea para perder. Por eso avisó de que saldrán a ganar. Sabe que los nórdicos venderán cara su piel y necesita todas las armas disponibles. De ahí que invoque el espíritu de las añejas gestas pergeñadas en la capital andaluza: el pasado como espejo del presente para cincelar un futuro ilusionante.

«Siendo yo jugador recuerdo que nos clasificamos para un Mundial ganando a Dinamarca gracias a que Sevilla convirtió el estadio en un infierno. Nos llevaron en volandas y espero que el domingo se repita ese ambiente. Espero que el factor campo sea determinante porque es una final en la que nos jugamos el Mundial», reivindicó el jueves tras atar una victoria sin brillo pero determinante para rebajar la tensión en una semana trascendental.

Se retrotraía al 17 de noviembre de 1993, cuando el Ramón Sánchez Pizjuán acogió un partido que la selección española alcanzó en una situación límite. Tercera de grupo, a dos puntos de la dinamita roja y a uno de Irlanda, solo le valía la victoria para estar en la Copa del Mundo de Estados Unidos. La expulsión de Andoni Zubizarreta en el minuto 10 la dejó con uno menos, pero Fernando Hierro salió al rescate con un gol de cabeza a la salida de un córner y La Roja resistió para apear a la por entonces campeona de Europa y obtener el pasaporte a tierras norteamericanas.

Aquel choque era caldo de cultivo para seguir nutriendo la mitología de la furia roja, deudora en buena parte de las épicas batallas libradas a orillas del Guadalquivir que tienen el 12-1 a Malta como joya de la corona.

Las torres suecas

Con tintes menos dramáticos pero el peligro aún latente llega una cita decisiva para el proyecto de Luis Enrique, que tras conducir a España a las semifinales de la Eurocopa capeando la adversidad y guiarla con destreza hasta el subcampeonato de la Liga de Naciones, aspira a catapultarla ahora al Mundial de Catar. La historia juega a su favor: España no ha perdido ni uno de los 61 partidos de fase de clasificación para una Copa del Mundo que ha disputado como local.

El gijonés vuelve a agitar el árbol contra Suecia. Tras descansar durante una hora en Grecia, Busquets regresa a la medular, donde entra Soler y se mantiene Gavi, la «bestia parda» de la que presume el seleccionador. Hay novedades en los laterales, donde Jordi Alba y Azpilicueta dan refresco a Gayà y Carvajal. Laporte y Pau Torres se las verán con Isak e Ibrahimovic, las dos torres a las que se encomendarán los de oro y azul. Iñigo Martínez y Fornals son los dos descartes.

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En la delantera Luis Enrique mantiene a Raúl de Tomas junto a Sarabia y Dani Olmo completa el tridente para buscarle las cosquillas a un adversario que se le ha enquistado este año: empate a cero en La Cartuja en el debut de España en la Eurocopa multisede y victoria del bloque escandinavo por 2-1 en Solna en la primera vuelta de la fase de clasificación del Mundial de Catar.

Los nórdicos llegan convulsionados por el inesperado traspié en Batumi que ha destapado la caja de los truenos, pero conscientes de que siguen dependiendo de sí mismos para evitar la repesca. La prensa adjudicó a Ibrahimovic el rol de cabeza de turco y el propio Isak tuvo que salir al paso de las críticas hacia la mayor estrella que ha deparado el fútbol sueco. El regreso del díscolo ariete del Milan ha relegado al banquillo a Kulusevski, que se había convertido en un buen complemento para Isak y atormentó a la zaga española en Solna.

Janne Andersson recupera a Ekdal, que tras cumplir sanción frente a Georgia reforzará un centro del campo bien dotado para las transiciones pero poco creativo en estático. Los contragolpes son la especialidad de los escandinavos y nadie espera que salgan en tromba, pero si el reloj aprieta y el marcador es desfavorable habrá que ver su respuesta bajo presión.

España sufrió más de la cuenta pero estará en el Mundial de Catar. Chata de nuevo en ataque y vulnerable en defensa ante una Suecia a la que le faltó colmillo para cazar a su presa, La Roja acabó adjudicándose una victoria trabajadísima con un gol de Morata a última hora que terminó con lo que hasta entonces fue un padecimiento extremo para rematar un objetivo que parecía en la mano.

La diana del delantero de la Juventus, que aprovechó un trallazo de Dani Olmo al palo para embocar a placer, selló la duodécima presencia consecutiva de España en la fase final de una Copa del Mundo. Un logro extraordinario al que debe darse el mérito debido. Máxime teniendo en cuenta las penurias de una fase de clasificación que comenzó de mala manera en marzo y que terminó con susto final. Las cosas que más cuestan son las que más se valoran. Conviene tenerlo en cuenta.

Fue una versión ramplona la que mostró el combinado nacional, falto de ritmo para descomponer al ordenado combinado escandinavo, lo que aviva las dudas de cara a empresas mayores en el futuro, pero el fin, al menos esta vez, justifica los medios. Dentro de un año nadie recordará la grisácea imagen que dejó el equipo de Luis Enrique en un choque en el que tuvo que batirse el cobre para certificar el pasaporte al Mundial más atípico de la historia.

España

Unai Simón, Azpilicueta, Laporte, Pau Torres, Jordi Alba, Busquets, Gavi (Brais Méndez, min. 89), Soler (Mikel Merino, min. 73), Dani Olmo (Rodri, min. 89), Raúl de Tomás (Rodrigo Moreno, min. 59) y Sarabia (Morata, min. 59).

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Suecia

Olsen, Krafth (M. Olsson, min. 85), Lindelöf, Nilsson, Augustinson, Claesson, Olsson, Ekdal, Forsberg (Svanberg, min. 63)), Kulusevski (Quaison, min. 63) e Isak (Ibrahimovic, min. 73).

  • Gol: 1-0: min. 85, Morata.

  • Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Krafth, Brais Méndez e Ibrahimovic.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial de Catar, disputado en el estadio de La Cartuja ante 51.844 espectadores.

El asturiano metió piernas frescas para afrontar el segundo encuentro de La Roja en cuatro días. Introdujo seis variantes respecto al once que comenzó frente a Grecia, incluyendo tres cuartas partes de la defensa, donde solo se mantuvo Laporte, el nuevo jefe de la retaguardia. Soler se incorporó a la medular, donde regresó Busquets, mientras que arriba se cayó Morata para ensanchar el campo con Dani Olmo. En el bando sueco la noticia fue la entrada de Kulusevski por Ibrahimovic. Eso situaba a Isak como gran referente de un bloque al que solo le valía la victoria.

Pese a ello, los escandinavos fueron fieles a su naturaleza. Líneas juntas, bloque bajo y protagonismo para el rival, a la espera de un robo que les permitiese salir a la contra. Mantuvo también su idiosincrasia España, que lanzó su primer aviso con un disparo cruzado desde la frontal de Sarabia que se marchó por poco. Replicó Suecia con una cabalgada de Forsberg que metió el miedo en el cuerpo a la hinchada local, receptiva al llamamiento de Luis Enrique para que llenase La Cartuja.

Suecia volvió a ser un rival ulceroso. Penetrar en sus líneas era tan difícil como avanzar en pleno invierno ruso. De oficio andan sobrados y cuando se estiran tampoco son precisamente mancos. España extremó las vigilancias para evitar balones en largo que permitiesen a sus delanteros lanzarse en estampida, pero cuando pisaban campo ajeno intimidaban. Forsberg perdonó la vida a España en un remate que buscaba el palo largo con Unai Simón ya superado.

Para entonces a los de Luis Enrique se les habían agotado las ideas en ataque, lo que facultó un paso adelante de los nórdicos, que sin necesidad de despendolarse generaron más oportunidades venenosas que una Roja demasiado espesa de tres cuartos en adelante. El guion de partido convenía al plan del seleccionador sueco, que neutralizó a una España tan roma como cuando se midió a los escandinavos en la Eurocopa. La Roja trenzaba sin filo porque faltaba chispa por el centro y profundidad por los costados.

España bordeaba el precipicio porque un descuido podía mandarla a la repesca. Pese a ello, Luis Enrique mantuvo el bloque tras el paso por vestuarios. El escenario no cambió e Isak volvió a indultar a España al poco de la reanudación. La Roja comenzaba a vivir de prestado y Forsberg desperdició nuevamente una ocasión pintiparada.

España permanecía aletargada y Luis Enrique optó por intervenir al fin alistando a Morata y Rodrigo Moreno en busca de la contundencia que faltaba. Es la gran rémora de esta selección, que padece lo indecible frente a rivales que se atrincheran en su área.

Mejoró La Roja con los relevos. Morata marró una llegada diáfana porque pecó de individualismo cuando tenía a Rodrigo Moreno liberado. Janne Andersson hizo un favor a España retirando a Forsberg, pero se guardaba una bala en la recámara. El reloj apretaba y tuvo que gastarla. Salió Ibrahimovic en busca del gol que metiese a Suecia en el Mundial con el que el díscolo ariete aspira a poner el broche a su carrera.

Achucharon los nórdicos, con España resistiendo a su manera en un partido que se le hizo muy largo. Pero Morata acabó con el soponcio y prolongó el idilio de la selección con Sevilla. 41 victorias en 52 partidos a orillas del Guadalquivir. Ahí queda.

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