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Benzema celebra junto a sus compañeros su decisivo gol al Atlético. S. Vera / reuters
El ardor guerrero del Real Madrid quema a un Atlético valiente
Cuartos de final

El ardor guerrero del Real Madrid quema a un Atlético valiente

Los goles de Rodrygo, Benzema y Vinicius facturan la remontada de los blancos tras otra prórroga de infarto y meten en semifinales de la Copa del Rey a un equipo indómito

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 26 de enero 2023

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Setenta y siete días después, el Santiago Bernabéu recuperará su razón de ser. El recinto de Chamartín, por el que el balón no rueda desde el 10 de noviembre, vuelve a abrir sus puertas para un partido de fútbol. Y no se trata de uno cualquiera, puesto que a escena salta un derbi al filo del abismo y con una lista inagotable de rencillas entre dos vecinos mal avenidos.

Real Madrid y Atlético se juegan esta noche su supervivencia en la Copa del Rey, un torneo que los blancos no conquistan desde 2014, gracias a aquella supersónica carrera de Bale en Mestalla, y que los rojiblancos incorporaron por última vez a sus vitrinas en 2013, tras aniquilar en el campo de batalla merengue a la soldadesca que por entonces comandaba José Mourinho con un gol de Miranda en la prórroga. Un éxito que permitió a los colchoneros sacudirse complejos y apuntaló la era Simeone.

Hasta la fecha, los enconados rivales habían cruzado espadas en 17 eliminatorias de la Copa del Rey, siempre a doble partido. El Real Madrid superó once y el Atlético seis. Pero la balanza tuvo un desnivel opuesto en las cinco finales que libraron, cuatro de las cuales adoptaron color rojiblanco y arrojaron una particularidad destacada: todos esos triunfos colchoneros se produjeron en el feudo de los blancos. El mismo, sin espacio tampoco esta vez para apelar, que impartirá ahora veredicto entre dos litigantes que han atravesado zonas de enormes turbulencias, pero que llegan revitalizados y se disponen a ofrecer sus mejores argumentos ante la corte suprema.

Los reveses sufridos por ambos en tribunales intermedios, aunque con dispar crudeza, han propiciado que tanto Real Madrid como Atlético fuesen remodelando y puliendo los alegatos en los que persistían desde los albores del curso. La escuadra de Carlo Ancelotti, fiada casi siempre en las citas de tronío al enésimo último vals de su vieja guardia, cedió el bastón de mando en los dos últimos partidos a un puñado de meritorios en busca de la energía que echaba en falta. La respuesta de jóvenes sobrados de gasolina como Camavinga, outsiders a los que elevadas dosis de banquillo han transformado en rebeldes con causa como Ceballos o Asensio y de un veterano que conserva la ilusión de un juvenil en cada disputa como Nacho ha devuelto el pulso al Real Madrid, disipando los nubarrones de la Supercopa de España.

Dilemas

El dilema que se le plantea a Ancelotti es si debe alterar justo en medio del concierto la orquesta que tan buenas sinfonías ofreció en la remontada copera contra el Villarreal y en el triunfo liguero ante el Athletic para devolverle el micrófono a sus viejos rockeros o, por el contrario, le conviene mantener la melodía. El italiano apenas ofreció pistas al respecto en la previa. «Son determinantes y seguirán siéndolo», avisó sobre Kroos y Modric un técnico que, segundos antes, había aconsejado «paciencia» a los jóvenes y «comprensión» a sus decanos a la hora de convivir con el lógico trasiego de roles dentro de una plantilla que experimenta un «momento de transición». Carletto sí confirmó la continuidad de Nacho en el lateral derecho y rompió otra lanza por Vinicius, un jugador «que el fútbol necesita».

El extremo carioca volverá a estar en el punto de mira de un Atlético que también experimenta cierto progreso. Las victorias sobre el Levante, en Copa, y el Valladolid, en Liga, han insuflado moral a un conjunto que se aferra al torneo del KO como tabla de salvación para una temporada en la que ha visto diluirse muy pronto sus esperanzas en la Liga y en Europa.

A partir de un esquema que libera las mejores prestaciones de Griezmann, el ejército del Cholo registró una evolución ofensiva en sus dos últimas refriegas que necesitará refrendar en el Bernabéu. Un fortín donde los colchoneros acumulan siete años sin vencer y en el que el Real Madrid no hinca la rodilla desde el 12 de abril de 2022, la noche en la que los anfitriones pasaron en un suspiro de la depresión a la euforia contra el Chelsea.

Para ello, Simeone deberá recomponer un batallón mellado sin el punzón de Marcos Llorente, pero que gana forro con el regreso de Savic. El montenegrino desplazará a Witsel del eje de la zaga y De Paul se ubicará junto a Koke y Lemar en la sala de máquinas.

El Real Madrid sepultó la última esperanza que le quedaba al Atlético para salvar la temporada con otra de esas remontadas cuya patente registraron los dueños del Santiago Bernabéu en la noche de los tiempos. El equipo de Carlo Ancelotti, superado en la primera parte por el ejercicio más valiente que se les recuerda a los rojiblancos en una larga cadena de derbis, reaccionó en la segunda mitad con oficio, bravura y eficacia, sellando el pase a unas semifinales de la Copa del Rey que resultarán explosivas con independencia de los cruces que depare el sorteo del lunes.

Un golazo de Rodrygo, casi siempre tocado por un ángel cuando arrecia la tormenta, niveló el marcador que había estrenado Morata en el acto inicial y abrió un escenario nuevo, aunque conocido. Benzema, cuyo renovado colmillo tras el Mundial vuelve a sajar rivales, y Vinicius, que replicó con su primera diana en un derbi a quienes solo usan el lenguaje del odio, fueron esta vez los encargados de despedazar en la prórroga a un Atlético que se vio lastrado por la expulsión de Savic en el alargue, pero que defendió su honor hasta el último aliento en otro partido lleno de emoción que engrandece un torneo tremendo.

Ancelotti optó por un centro del campo vintage en el que Modric y Kroos recuperaron la batuta. Simeone asumió el cuerpo a cuerpo con una formación que privilegiaba el talento ofensivo. El foco en la previa apuntaba a Vinicius, víctima del repugnante racismo que mancha el fútbol con peso creciente. El brasileño, refugiado en su guarida, aplicó filo de salida pero le faltó cuchillo. Mucho más eléctrico y quirúrgico fue el Atlético en la respuesta. Koke activó a Nahuel aprovechando que Vinicius desatendía la vigilancia del argentino, el flamante campeón del mundo metió de primeras a Morata y el internacional español ajustició sin oposición para anotarse su primera muesca ante el equipo con el que saltó a la élite desde que viste la rojiblanca.

Real Madrid

Courtois, Nacho (Odriozola, min. 114), Militao, Rüdiger, Mendy (Ceballos, min. 43), Camavinga, Modric, Kroos (Asensio, min. 74), Valverde (Rodrygo, min. 69; Mario Martín, min. 114), Benzema y Vinicius.

3

-

1

Atlético

Oblak, Nahuel Molina, Savic, Hermoso, Reinildo, Koke (Kondogbia, min. 83), De Paul (Saúl, min. 83), Lemar (Carrasco, min. 74), Griezmann (Barrios, min. 91), Correa (Memphis, min. 74) y Morata (Witsel, min. 63).

  • Goles: 0-1: min. 18, Morata. 1-1: min. 79, Rodrygo. 2-1: min. 103, Benzema. 3-1: min. 121, Vinicius.

  • Árbitro: Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a De Paul, Reinildo, Hermoso, Ceballos, Vinicius y Koke. Expulsó a Savic por doble amarilla (min. 99).

  • Incidencias: Partido de cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 60.000 espectadores.

La ventaja no restó ímpetu al Atlético, tan osado como sagaz en su planteamiento. Ancelotti, burlado por la pizarra de Simeone, recibió deberes extra con la lesión de Mendy, que hurgaba en la herida de una defensa ya remendada de entrada por las bajas. Desprovisto entre su fila de reservistas de Alaba, que se cayó a última hora de la convocatoria por molestias, el italiano vendó el carril zurdo reubicando allí a Camavinga y devolviendo al eje a Ceballos.

El utrerano, artífice de la resurrección blanca en octavos, volvió a brillar en un Real Madrid que ganó orden y agresividad tras el paso por vestuarios. Un taconazo de Valverde tras un centro tenso y raso de Nacho que ni Benzema ni Vinicius lograron cazar en boca de gol sirvió como aldabonazo de un equipo con otras hechuras. El carioca, de nuevo con el reprís que tanto echaba en falta, activó la guerra relámpago.

Las embestidas del Real Madrid devolvieron al Cholo a sus esencias. El argentino retiró a un Morata renqueante para reforzar el abrigo de su equipo con la entrada de Witsel. Hermoso evitó que Benzema pusiese el empate, ya con el mediocentro belga sobre el tapete, y Griezmann amenazó con el segundo del Atlético, a la contra y desde el balón parado, en un pleito que basculaba entre la furia local y el reposo visitante.

Quemó más naves Ancelotti con la inclusión de Asensio y Rodrygo. El paulista, recriminado una semana atrás por el técnico, tardó poco en reclamar el perdón de Carletto con grandeza, descosiendo a la zaga del Atlético con un eslalon prodigioso y resolviendo como un genio. Plegó velas Simeone, pese a lo cual tanto Griezmann como Memphis dispusieron de dos grandes ocasiones para evitar un alargue previsible, a tenor de los antecedentes.

Sorprendió el Cholo retirando a Griezmann para dar entrada a Barrios al comienzo de la prórroga. El argentino bajó el bloque pero adelantó a Carrasco, signo de que fiaba su suerte al contragolpe. Intentó emular Vinicius en ese escenario la funambulista acción de Benzema en el Vicente Calderón que le abrió al Real Madrid las puertas de la final de Cardiff, aunque sin la misma fortuna.

La chispa del brasileño es tan grande como corta su mecha. Un rifirrafe con Savic le costó la amarilla al '20' de los blancos y al montenegrino. Pero el central, también pasado de vueltas, se llevó la peor parte, porque a renglón seguido cazó a Camavinga y dejó a su equipo en inferioridad numérica con 20 minutos por delante.

El terreno se inclinaba para el Real Madrid. Rüdiger falló con la testa, pero Benzema clavó la estocada recogiendo un centro raso de Asensio y superando a Oblak por bajo. Apuró sus opciones el Atlético, irreprochable en su entrega. Memphis y Carrasco rozaron el empate ante un Real Madrid permisivo, pero letal a la carrera. Vinicius, con el Atlético volcado a la desesperada, firmó un tanto que no tapará bocas pero con el que estableció jurisprudencia allá donde le corresponde: en área ajena.

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