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El desorden federativo sigue a la orden del día en el fútbol femenino. Esta vez la historia es que a falta de dos semanas para que la campeona del mundo se juegue su acceso a los Juegos Olímpicos de París en la Liga de Naciones, la selección que dirige Montse Tomé ha tenido que cambiar de sede en otro lío surrealista. El pasado 26 de diciembre la Federación Española de Fútbol (FEF) anunció que las semifinales y la final del torneo del que España es sede, y en el que están en juego dos billetes olímpicos, además del título de esta competición, serían los estadios Nuevo Mirandilla de Cádiz y La Cartuja de Sevilla.
Según lo establecido, el campo del equipo gaditano acogería el choque de La Roja ante Países Bajos el día 23 de este mes de febrero, y la capital hispalense sería el escenario del tercer y cuarto puesto, así como de la gran final el día 28. Lo que se conoció este miércoles fue otro capítulo sonrojante para el ente federativo, que se une a la inexplicable situación de comenzar la segunda parte del partido ante Italia de la Liga de Naciones con diez jugadoras, o lo ocurrido en un duelo en Zúrich ante Suiza, cuando Irene Paredes no pudo salir en el equipo titular debido a un error a la hora de incluirla en la convocatoria a través de la aplicación oficial de la UEFA.
La FEF no firmó nada con el Cádiz para que el partido se jugase ahí, a pesar de que las entradas comenzaron a venderse hace días. Desde el organismo aseguraron que fue la Junta de Andalucía la que les ofreció ambos estadios y que no han sido ellos los que los eligieron. Un lío, porque resulta que el Cádiz, una vez conocidos los horarios de la jornada de Liga correspondiente a ese fin de semana, se negó a ceder su estadio, y alegó que quiere preservar el césped de cara al partido que tiene contra el domingo 25, dos días después del encuentro de la selección femenina de fútbol.
Mientras el España-Países Bajos se disputará el viernes 23, a partir de las 21.00 horas, el encuentro liguero de los amarillos se ha fijado en el domingo a las 14.00. El club que preside Manuel Vizcaíno considera que su encuentro de Liga es vital en la lucha por la permanencia, debido a que se enfrenta a un rival directo como el Celta, también inmerso en la parte baja de la clasificación.
La solución final tras el desacuerdo con el club andaluz ha pasado por llevarse el España-Países Bajos a La Cartuja, donde también se disputará el tercer y cuarto puesto, además de la gran final. La FEF devolverá el importe de las entradas a los aficionados que las adquirieron, en primera instancia, y no puedan desplazarse a Sevilla para presenciar el encuentro.
Cabe recordar que los dos finalistas de la Liga de Naciones femenina obtendrán directamente el billete para París y en caso de que Francia se meta en la final, al estar clasificada como país anfitrión, el ganador del partido por el tercer puesto también lograría la plaza olímpica. Las campeonas del mundo siguen poniendo el foco en los Juegos rodeadas de chapuzas.
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