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Las jugadoras de la selección española femenina demandaban medidas urgentes para continuar en la concentración de España y dar pasos hacia la normalización y no se han hecho esperar. Andreu Camps, secretario general de la Federación Española de Fútbol (FEF) y número dos de Luis Rubiales, es la primera figura que sale de la estructura federativa como muestra del propósito del organismo por abordar esa reestructuración profunda que le pedían las internacionales.
No es un nombre cualquiera, sino el del cerebro del 'rubialismo', clave en la gestión del anterior presidente y el más señalado por las futbolistas. Su salida forma parte de la entente al alba a la que llegaron el Gobierno, representado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y su presidente, Víctor Francos, la Federación Española de Fútbol (FEF) y las internacionales, asesoradas por Amanda Gutiérrez, del sindicato Futpro.
Después de una eterna reunión de seis horas que terminó cerca de las 5:00 de la mañana y una vez garantizada la ausencia de consecuencias en forma de sanciones por abandonar la concentración de la selección española, 21 de las 23 futbolistas aceptaron finalmente el compromiso del CSD y la FEF para abordar «cambios inmediatos» en la estructura federativa. Mapi León y Patri Guijarro fueron las dos jugadoras que no lo hicieron y por lo tanto abandonaron el hotel de Oliva por la mañana. Ambas futbolistas del Barcelona ya no estuvieron en el último Mundial por ser dos de las caras visibles de las 15 rebeldes que no dieron marcha atrás en su firme renuncia a la selección antes del torneo.
«Es una realidad que la situación para Patri y para mí es diferente al resto de las compañeras. No han sido ni las maneras ni las formas de volver», señaló Mapi León. «Los cambios que pedimos están escritos, se están haciendo y trabajando en ellos, pero necesitamos ver esos cambios. Estamos con nuestras compañeras, es una situación bastante dura», añadió la defensa azulgrana.
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El resto de convocadas optaron finalmente por tratar de recuperar la normalidad en la concentración y viajarán a Suecia para disputar el partido de la Liga de Naciones previsto el viernes en Gotemburgo. Un mes después de proclamarse campeona del mundo, la selección intentará centrarse exclusivamente en el fútbol tras unas jornadas convulsas de consecuencias imprevisibles. No perderá de vista ese goteo de medidas que la FEF abordará en los próximos días.
Sin Andreu Camps, al que sustituirá Elvira Andrés, que asumirá sus funciones desde la dirección del gabinete de presidencia, siguen bajo el foco Chema Timón, reemplazado por la propia Andrés; Pablo García Cuervo, responsable del área de comunicación; Rubén Rivera, de marketing; Miguel García Caba, director de integridad, o el asesor externo Tomás González Cueto son otros de los nombres propios que están sobre la mesa en cuanto a las demandas de las futbolistas.
A la espera de las salidas concretas que las futbolistas plantearon al CSD y a la FEF y una vez confirmada la incorporación a la concentración de Claudia Florentina, jugadora del Valencia, el equipo se ejercitó ayer por primera vez a las órdenes de Montse Tomé.
La entrenadora asturiana no fue una petición expresa de las futbolistas. Su condición de segunda de Jorge Vilda y el controvertido aplauso en la polémica asamblea en la que Rubiales se negó a dimitir condicionaban la imagen de una figura que ni mucho menos colmaba las aspiraciones de las internacionales, que pese a todo aceptaron el nombramiento. Sin embargo, la convocatoria que situó a las futbolistas entre la espada y la pared y el hecho de que mintiese en su comparecencia cuando aseguró que había hablado con ellas sitúan a la seleccionadora en un papel muy delicado. Por el momento sigue, pero su futuro en el banquillo de España pende de un hilo.
Aún así, Rafael del Amo, presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino en la FEF, sostuvo este miércoles que la seleccionadora no será removida. «Montse Tomé sigue como seleccionadora, se ha reunido con las jugadoras en privado y no ha habido palabras contra ella», dijo. Pero lo cierto es que el cara a cara entre las jugadoras y la seleccionadora fue bajo una atmósfera de máxima tensión tras una jornada caótica, en la que las internacionales se vieron obligadas a acudir a la convocatoria ante el temor a posibles sanciones. «No me quedo precisamente por estar a gusto», lanzó Alexia Putellas, en un reflejo del sentir general del equipo.
La ruptura no tiene vuelta atrás, aunque la proximidad de los partidos ante Suecia y Suiza impide una decisión drástica inmediata que, no obstante, se producirá tras ambos encuentros. No solo Tomé, sino también el propio Del Amo, un interlocutor entre la FEF y las futbolistas que no ha demostrado ser efectivo, se encuentra en el ojo del huracán. «La reestructuración en el organigrama del fútbol femenino», uno de los puntos básicos en las peticiones del equipo, apunta también a su figura.
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