Con Alfredo Lagos a la guitarra y Antonio Moreno a la percusión, el montaje, que también ha contado con la colaboración del músico experimental Jean Geoffroy para la creación del espacio sonoro y de la coreógrafa María Muñoz (Malpelo) para el diseño de la dramaturgia, es un espectáculo de flamenco, pero no de flamenco al uso.