Un fresco social canario
El filme se impuso como mejor película española en Zonzazine del festival de Málaga y Paula Campos fue galardonada como mejor actriz
La vida tal cual es. Retratarla sin artificios o partir de la misma para crear una realidad que nos ayude a entenderla en todas sus dimensiones. Ese suele ser uno de los grandes retos que se plantean la mayor parte de los creadores. Muchos se quedan por el camino, porque se trata de una aventura especialmente compleja. El cineasta canario Omar Al Abdul Razzak consigue llegar a buen puerto con su último largometraje, 'Matar cangrejos', que compite dentro de la sección Canarias Cinema de la 22ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Lo hace con un interesante fresco social, con el que se alzó con dos galardones en la reciente edición del festival de cine de Málaga: el premio a la mejor película española dentro de la sección Zonzazine y el de mejor actriz para su joven protagonista, Paula Campos.
'Matar cangrejos' aparenta no contar nada pero cuenta mucho. Parte de un hecho histórico. El concierto que protagonizó el legendario Michael Jackson en Tenerife, en 1993. Una madre que trabaja en un complejo turístico -con otro nombre en esta ficción pero evidentemente alude al Loro Parque– y que aspira a ser la elegida para recibir, con sus dos hijos vestidos de típicos, al mítico cantante cuando baje del avión. Desde ese momento el espectador comienza a ver cómo vive esa familia en una zona costera tinerfeña. Más bien cómo viven los dos menores, que campan a sus anchas por todos sitios con aquella libertad que se otorgaba a los menores en los 80 y los 90.
Omar Al Abdul Razzak logra solventar el salto temporal con brillantez. El vestuario, para los ojos avisores, y la ausencia de móviles marcan las diferencias con el presente.
Pero eso es anecdótico. Lo principal es el retrato de Rayco, de 8 años, de su hermana Paula, de 14 años, y cómo pasan el tiempo, tanto en el núcleo familiar –al que se suma su abuela y donde la ausencia de padre es clara–, con los amigos en el caso de la mayor, y con un 'personaje' entrado en años con el que hace amistad el pequeño. La madre, por su parte, entabla amistad con un guiri radicado en la zona y se queda embarazada, lo que complica ese paraíso de libertad y tranquilidad en el que habitan los protagonistas.
Con estos mimbres, 'Matar cangrejos' se erige en un retrato eficaz en los que se filma con una naturalidad y brillantez pasmosa las andanzas de los dos jovencísimos protagonistas, como si la cámara fuera invisible.
