Canarias abandona el rastreo para detectar los casos más graves
La explosión de contagios hace inviable esta tarea y solo se estudiarán los contactos estrechos de personas vulnerables y en los ámbitos sanitario y sociosanitario
La sexta ola parece no haber tocado techo en Canarias. Este martes Sanidad reportó 4.728 nuevos contagios de coronavirus y la muerte de once personas infectadas en el día más trágico de la pandemia desde finales de 2020.
En las islas hay 51.502 personas lidiando con el virus, el mayor número de casos activos de toda la pandemia. Todos los municipios de Canarias tienen la incidencia acumulada a siete y catorce días en riesgo extremo, salvo Artenara y Betancuria, y la tasa de positividad, el número de positivos diagnosticados sobre el total de pruebas realizadas, se situó ayer en el 31,2%, superando con creces el umbral del 5% fijado por la Organización Mundial de la Salud para considerar la epidemia bajo control.
«Nos esperan semanas muy duras. Esta semana y la que viene se espera que suba la incidencia», explica Miguel Díaz Barreiros, médico coordinador de Rastreo de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria, un equipo que ha reorganizado su trabajo con el objetivo de «tener capacidad de llegar a quienes se van a poner graves».
Ante la explosión de casos por la gran transmisibilidad de la variante ómicron, el Ministerio de Sanidad cambió el 29 de diciembre la estrategia de detección precoz de los contagios. En Canarias esa modificación se ha traducido en la interrupción de los rastreos de los contactos estrechos, que se limitará a los contagios que afecten al entorno de personas de riesgo, como inmunodeprimidas, embarazadas o mayores de 70 años; a personal sanitario y sociosanitario y a residentes en centros de mayores. «No vamos a hacer rastreo, solo a ciertas personas. Con este nivel de contagios, no tenemos capacidad», reconoce con crudeza Barreiros.
En lugar de identificar a los contactos estrechos, los rastreadores informan a los positivos de las recomendaciones a seguir y de los plazos del aislamiento y, además, se les pide que comuniquen su contagio a sus contactos de riesgo y les informen de las medidas que deben adoptar para evitar la transmisión del virus. Si un contacto estrecho no está vacunado, tiene que hacer cuarentena 7 días y, si está vacunado, no tiene que hacer cuarentena, pero debe limitar los encuentros sociales durante 10 días. En todo caso, si presenta síntomas, debe contactar con los servicios sanitarios para ser valorado.
Justamente para evitar el previsible colapso de Atención Primaria ante el aluvión de contagios, los equipos de rastreo se han reconvertido para sumarse a la tarea de los centros de salud de realizar la primera valoración y el seguimiento de los positivos.
«Tenemos unas incidencias nunca vistas. El sistema sanitario y, en especial, Atención Primaria están saturados y con riesgo de colapso si las incidencias siguen subiendo», dice Díaz que advierte de la brutal presión que sufren los centros de salud.
La buena noticia es que la mayoría de los contagios presenta una sintomatología leve, pero la transmisión exponencial del virus puede causar un aumento de casos de covid grave. «Pedimos a la población que se tranquilice. En la medida que no se colapse el sistema, podremos centrarnos más en detectar los casos graves y atender a los leves, pero con orden», subraya el médico que recomienda a los contactos estrechos que se queden en casa, se aíslen y que solo se pongan en contacto con los servicios sanitarios si presentan síntomas. También la línea de atención al covid, el 900 112 061, arrastra un retraso de entre 24 y 48 horas. Díaz aclara que, con la primera llamada, el número queda registrado y en lista de espera, por lo que rellamar solo contribuye a colapsar el servicio.
