Óscar Hernández, al frente de Agüimes cuatro años más

En realidad, decenas de familiares, amigos y vecinos acudieron a la sesión extraordinaria para la constitución de la nueva Corporación municipal, fijada a las 11.00 horas. Minutos antes, un goteo incesante de agüimenses recaló en el Pleno Municipal, que acabó lleno hasta la bandera.

Lo que ocurrió después fue una suerte de 'deja vu', de retroceso de cuatro años en el tiempo, pues Óscar Hernández, cabeza de lista de la agrupación de electores localistas Roque Aguayro, se convirtió en alcalde de los agüimenses por tercera vez consecutiva.

El secretario general del Consistorio lagartero, Antonio Patiño, fue el encargado de dar comienzo al acto con la formación de la Mesa de Edad, en la que los 21 nuevos concejales y concejalas, nombrados uno por uno y aplaudidos con fervor por los asistentes, prometieron el cargo.

Una vez dada por constituida la nueva Corporación, los ediles votaron al futuro alcalde de Agüimes. No hubo sorpresas en este punto, pues, como estaba previsto, Óscar Hernández, que en las elecciones del 28M logró 14 concejales de los 11 necesarios para gobernar en solitario (obtuvo el apoyo de 7.854 personas), revalidó su título con 16 votos a favor. Ahí sí hubo sorpresa.

A Hernández no solo le votaron sus colegas de Roque Aguayro, sino que también los dos concejales de Coalición Canaria que lograron representación: Antonio Vélez (cabeza de lista) y Bárbara Cabrera (los nacionalistas obtuvieron 1.570 votos el 28M, la mayor subida respecto a los comicios de 2019: +535). A este respecto, Vélez abogó por una «oposición constructiva, pero oposición».

Lo mismo arguyeron las otras dos formaciones con representación, PSOE, con tres ediles (1.862 votos), y Vox, con dos (1.066 papeletas). Ambas, sin embargo, votaron a sus cabezas de lista: Josefa Méndez y Iula Bocea, respectivamente. Lo cierto es que el partido presidido por Santiago Abascal dio la campanada el 28M, al conseguir entrar en el gobierno agüimense con unos candidatos poco conocidos entre los vecinos. Precisamente, Bocea se dirigió a ellos y se comprometió a ejercer de su «altavoz».

Hernández fue el último en hablar. No recibió bastón de mando, porque los agüimenses lo ofrecieron a Nuestra Señora del Rosario en el año 58 y no lo han vuelto a 'pedir prestado'. Primero, agradeció su presencia a Antonio Morales, presidente del Cabildo grancanario y «vecino de Agüimes», que recibió una gran ovación por parte de los asistentes.

Luego, puso en valor la nueva Corporación, compuesta por talentos jóvenes y veteranos. Prometió trabajar en la limpieza y acondicionamiento de los espacios públicos, en la oferta de ocio, cultura y tiempo libre, en el acceso a la vivienda, sobre todo por parte de los jóvenes, o en cuestiones, a su juicio, desafiantes, como las obras e infraestructuras.

A su vez, puso el foco en las políticas sociales para mejorar la calidad de vida y en el medio ambiente. También tuvo unas emotivas palabras para los suyos, especialmente para su compañera de vida, y para su Agüimes: «El mejor lugar del mundo».