Vecinos de San Lorenzo se quejan del «ruido y la contaminación» de la cantera

«Ruidos y contaminación» debido a la actividad de «extracción de áridos» que desarrolla la cantera que se ubica en el pueblo de San Lorenzo, en Las Palmas de Gran Canaria. Eso es lo que denuncian vecinos que se reconocen afectados por «la nube de polvo» que se genera «cuando cambia el viento» y condiciona la vida de «personas enfermas y con problemas respiratorios», pues la explotación «no cumple la normativa de distancia respecto a las casas».

Los residentes perjudicados, que prefieren mantenerse en el anonimato, explican que la situación que denuncian no es nueva. «Llevamos más de 35 años con el problema y se han presentado muchas denuncias», afirman.

Apuntan que si bien la nueva concesionaria de la cantera «ya no realiza voladuras, sí que trabaja con retroexcavadoras raspando el risco y también trae de fuera piedras grandes porque tiene machacadoras y se forma una nube de polvo tan grande que llega al pueblo y alrededores».

Añaden que se tendría que «suspender la actividad y recuperar la zona».

Por su parte, desde la Asociación de Vecinos Lugar de Lugarejo de San Lorenzo, su presidenta, Xili Guzmán, señala que la actividad que acoge la cantera desde hace algo más de dos años difiere mucho de la que se desarrolló en el pasado, que incluso se cerró por mandato judicial por un presunto delito medioambiental, tras hallarse residuos tóxicos y peligrosos enterrados en sus instalaciones.

«No tiene nada que ver con antiguamente», dice la portavoz vecinal de San Lorenzo sobre una cantera que despertó muchas voces en contra en el pueblo por su impacto en la zona.

Además, «la maquinaria es más moderna» y en la actualidad «se siente solo la tierra a veces», dice sobre las molestias.

También comenta que «no hay informes en contra» del Cabildo de Gran Canaria o de Industria del Gobierno de Canarias.

Precisamente fuentes autorizadas de la Dirección General de Industria del Gobierno de Canarias informan que la cantera cuenta «con una autorización muy vieja, del año 1973» para una «actividad extractora».

Añaden que se trata de «una concesión indefinida» otorgada atendiendo a la primera Ley de Minas, por lo que se prolonga «hasta agotamiento de recursos».

Lo que sí se ha solicitado al concesionario, indican las mismas fuentes, es «un plan de reestructuración» que tendrá que presentarse al departamento de Transición Ecológica.

A su vez, desde el Cabildo de Gran Canaria fuentes autorizadas confirman que «las concesiones mineras las da el Gobierno de Canarias».

Apuntan que «el anterior concesionario entró en suspensión de pagos y vendió la concesión» y que el actual responsable de la actividad tiene vigente la concesión».

Por último, señalan que «el Cabildo fue consultado y planteó si era oportuna una evaluación de impacto ambiental», pero «es Minas del Gobierno quien autoriza la vuelta de la explotación de la cantera».

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