Reconocen que se vistieron de guardias civiles para robar una casa

Estas tres personas asumieron su culpabilidad y fueron condenados de conformidad a penas de 16 meses y 15 días de prisión y pagar 1.440 euros de multa en el caso del ya exagente Ángel Cacicedo; diez meses y 15 días de cárcel y 360 euros para Ayoze Ibán y diez meses y 15 días y 180 euros de multa para Luis Gregorio. Además de las costas, en concepto de responsabilidad civil deberán abonar Ángel y Ayoze de forma conjunta y solidaria y de forma subsidiaria Luis Gregorio, 245 euros a la víctima por los días que tardó en curar y 150 más por las lesiones. Por último, la indemnizarán con 3.000 euros, mientras que Luis Gregorio tendrá que abonar otros 54 por la cerradura que tuvieron que cambiar los propietarios del inmueble.

Según la fiscal y como adelantó este periódico, Luis Gregorio aprovechó el hecho de que trabajaba en la empresa de la víctima para recabar información sobre ella. De esta forma, obtuvo conocimiento de que su jefe tenía una caja fuerte en su domicilio en Siete Palmas.

Este acusado le había comentado la existencia de la caja fuerte a su excuñado Ángel –que era agente de la Guardia Civil– y a su amigo Ayoze.

De esta forma, planearon que Ángel C. G. aprovecharía que era Guardia Civil para hacerse con chalecos reflectantes con el logo del Instituto Armado y una pistola simulada, además de la suya. También dispuso de un documento de un juzgado de lo mercantil, que alteró para que constara como una orden judicial para proceder al registro de la caja fuerte que tenía la víctima en la casa.

Con todo preparado, sobre las 9.30 horas del 15 de febrero de 2019, Ángel y Ayoze Ibán fueron a la casa vestidos como agentes de la Benemérita de paisano y, tras acceder al edificio, tocaron la puerta de la casa del empresario. Allí les abrió su esposa y estos le dijeron que eran guardias y que tenían una orden de registro.

Al entrar, Ángel la tiró al suelo, le tapó la boca porque empezó a pedir auxilio y la amenazaron para que les diera el código de apertura de la caja fuerte mientras la golpeaban.

En ese momento, la hija de este matrimonio que estaba en su habitación escuchó el revuelo, salió al salón y vio que su madre estaba forcejeando con el acusado Ángel mientras que Ayoze Ibán permanecía en el lugar sin hacer nada para impedir los hechos. En ese momento y al ver a la hija, los dos acusados huyeron de la casa sin haber sustraído nada.

Esta sentencia es firme.