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La fuerte contestación social al contenido del plan especial del casco histórico de Tamaraceite ha conseguido que el Ayuntamiento eche el freno a la tramitación del documento y se abra a consensuar algunas medidas, en especial lo referido a las expropiaciones de viviendas, que es lo que más preocupa a los ciudadanos.
Esto supone que ante los vecinos se abre ahora un horizonte temporal para que estudien el contenido del documento y presenten las alegaciones que consideren oportunas.
Sin embargo, el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, explicó que los plazos formales no se han iniciado y, por tanto, no se frena el plan. «El proceso de participación ciudadana que se inició en su momento, continúa, no lo hemos cerrado en ningún momento», aclaró, «ya se están produciendo las reuniones».
El plan especial fija medio centenar de expropiaciones para obtener espacios que permitan mejorar laaccesibilidad y la movilidad, así como generar aparcamientos y pequeñas plazas. De esas expropiaciones, según la información facilitada por el concejal de Urbanismo, veinte son solares; siete son viviendas que están habitadas y en buen estado; y otras 23 son utilizadas por los vecinos, pero su conservación no es la óptima.
En la tarde noche de este jueves, el alcalde, Augusto Hidalgo, y los concejales de Urbanismo, Javier Doreste, y del distrito, Mercedes Sanz, mantuvieron un encuentro con la plataforma vecinal de Tamaraceite y les prometieron que el plan se paraliza, tal y como ha sucedido en el caso de San José tras otra movilización vecinal.
La reunión se celebró horas antes de la celebración del pleno en el que la oposición presentaba tres mociones para reclamar, con diferentes matices, la paralización de la tramitación del documento y la apertura de un proceso participativo en torno a las determinaciones del plan. Finalmente, se aprobó por unanimidad la propuesta de CC y se rechazaron las del PP y la de la concejala no adscrita Carmen Guerra.
La semana que viene se ha organizado ya un encuentro entre técnicos municipales y vecinos para dar a conocer el contenido y estudiar «caso a caso, propietario a propietario».
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El viceportavoz del PP, Ángel Sabroso, asegura que la reacción vecinal se ha debido a la falta de gestión municipal. Recordó que en noviembre de 2017 se encargó la redacción del diagnóstico del casco histórico de Tamaraceite y que, cuatro años después, se aprueba de forma inicial el plan especial de San Juan-San José y de Tamaraceite, «sin informar a nadie». El resultado, según el edil, es «una enorme contestación vecinal, un incendio que obliga al alcalde a actuar».
Sabroso lamentó que «la gente se tenga que enterar» por fuera de las expropiaciones que fija el nuevo planeamiento. «Lo principal ha fallado, la información a los vecinos», indicó, «pare esto, coja lo bueno que tiene y corrija lo que tiene de malo».
«Si toda esta contestación vecinal y este debate sirve para se den cuenta de que no se puede aprobar el diseño de la ciudad sin contar con los vecinos, bienvenido sea», añadió, «la torpeza en Tamaraceite es mayúscula».
Desde Coalición Canaria, Francis Candil señaló que «es impresentable» el modo en que se ha desarrollado el proceso participativo. «He hablado con propietarios de viviendas en Tamaraceite que no tenían ni idea de que sus casas entraban en un plan que las iba a demoler para espacios libres o aparcamientos», argumentó. «Hay que negociar hasta la saciedad», expuso, «la soberbia, el rodillo, tiene que tener un frenazo en seco».
Para él, es una «victoria parcial» de los vecinos. Y solicitó que se consensúe el contenido del documento. «Me alegro del frenazo que da hoy el Ayuntamiento», expuso.
La concejala no adscrita, Carmen Guerra, agradeció a Beatriz Correas que retirara su propuesta para que la moción de Tamaraceite pudiera defenderse. «Lo único que ha generado este alcalde es que estas personas hayan malvivido pensando que les van a tirar sus casas, que les quitan metros a sus viviendas o que no se hayan enterado de lo que van a hacer», explicó.
Y criticó que estos barrios tengan que «buscar recursos que no tienen para defenderse de su ayuntamiento». Guerra dijo que no cree al alcalde y le reclamó que la Junta de Gobierno dictamine, de manera oficial, la suspensión del planeamiento.
Correas aseguró que esto pasa «porque no hay gente cualificada al frente de Urbanismo». Entiende que falta un proyecto de ciudad, sin mantenimiento de las instalaciones. «Solo hay problema tras problema por una mala gestión», se dirigió a Hidalgo, «estoy asustada porque tal y como está dejando la ciudad, si llega a la presidencia del Cabildo, a ver qué va a suceder con la isla».
El otro concejal no adscrito, José Carlos Guerra, aseveró que «el plan especial se ha intentado imponer» a los vecinos, «apartándose de la participación vecinal». Opina que la llamada al diálogo no tiene credibilidad y asegura que la paralización de estos planes se hace «pensando en no perder votos».
Para Javier Doreste, desde la bancada de la oposición se ha mentido y se han olvidado de que los planes anteriores, en el mandato del PP, eran más agresivos: en San José-San Juan el plan vigente expropia 167, mientras que en el que se está tramitando, 93; en Tamaraceite están bajo la piqueta 69, y el actual las ha rebajado a 50. «Piden que paremos demoliciones y expropiaciones cuando no se ha producido ninguna, salvo aquellas en las que los propietarios nos vendieron su parcela o para evitar los males que suelen traer las viviendas en ruina», expuso.
El plazo de alegaciones de san José-San Juan terminaba el 30 de septiembre y se ampliará al 30 de octubre, sin descartar posibles ampliaciones posteriores. En el caso de Tamaraceite, «todavía no está corriendo el plazo de alegaciones». Defendió que para incentivar la participación se pasó el documento a la federación de Las Medianías.
La preocupación de los vecinos fue expresada por Paloma Armas en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales. Empezó señalando algunos errores como decir que no está en uso el colegio Adán del Castillo, obviar la situación de los lagartos gigantes o equivocarse al señalar obras del pintor Jesús Arencibia. «No pasaría de ser una anécdota si no fuera que es un triste reflejo de la realidad: el casco histórico de Tamaraceite no significa nada para este grupo de gobierno», expuso.
«Se jactan de fomentar el diálogo, pero nos han ido dando largas y vendiendo humo», añadió, «no les importa las necesidades del barrio y solo se hace lo que dictan los técnicos que controlan la concejalía de Urbanismo». Volvió a denunciar la situación creada en el antiguo cruce de San Lorenzo.
Asegura que en el plan especial hay un desprecio absoluto por las construcciones tradicionales, con una mirada elitista «que duele». Y además no se cuenta con los vecinos.
«Los vecinos de Tamaraceite estamos aburridos de tantas mentiras, estamos engañados, y no nos creemos nada de lo que prometan», expuso. Con relación a la reunión del jueves, recordó que el alcalde se comprometió a paralizar el plan hasta que se explique a los vecinos el contenido del plan. Pero dudan de su palabra porque el Pleno también aprobó una recuperación de las charcas de San Lorenzo que no ha fructificado en nada.
Armas pidió rehacer el plan con las aportaciones vecinales, «con nosotros y para nosotros».
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