Las obras del soterramiento de Belén María comenzarán en el mes de septiembre

La Consejería de Obras Públicas prevé que los primeros trabajos del proyecto de soterramiento de la GC-1 a su paso por la rotonda de Belén María comiencen el próximo mes de septiembre. En estos momentos, la contrata (Desarrollos e Iniciativas Canarias, Obras Públicas Canarias, AMC Construcciones y Contratas 2014 y Tecnología de la Construcción y Obras Públicas) y la asistencia técnica están realizando los trabajos previos y el análisis de los servicios planeados, así como la planificación de los desvíos, que son esenciales para que el proyecto encuentre los menos imprevistos posibles y pueda acabar en tiempo.

Hay que recordar que el proyecto adjudicado por el Gobierno de Canarias tiene un plazo de ejecución previsto de 29 meses, lo que significa que la obra no estará terminada hasta principios del año 2027, si no se hay contratiempos de importancia.

La propuesta, que supondrá una inversión total de 27,22 millones de euros, con IGIC, tratan de aligerar la circulación en uno de los principales puntos negros de la circulación de Las Palmas de Gran Canaria, por el que circulan cada día más de 30.000 vehículos.

La confluencia de los tráficos procedentes del Puerto de La Luz y de Las Palmas, de la urbanización industrial El Sebadal y del barrio de La Isleta generan problemas de circulación repetitivos en horas punta.

Desde hace años, se espera por una solución. La propuesta que ha planteado el Gobierno de Canarias pasa por la depresión de dos carriles de circulación: el que viene de la autovía y entra en la urbanización El Sebadal; y el que sale en sentido contrario. De esa manera, la superficie de la glorieta queda, de manera preferente, para los vehículos que salen del Puerto y van a La Isleta o a la autovía en dirección sur, así como para la entrada y salida de La Isleta.

En la nueva configuración de Belén María, se mantienen dos carriles en superficie para la conexión con El Sebadal, uno de entrada y otro de salida. Esto se hace pensando en los coches que salen del Puerto y quieren dirigirse a la urbanización industrial, así como en los conductores que vienen del polígono y quieren entrar en La Isleta o en el Puerto.

El principal reto de este proyecto es la construcción del paso subterráneo bajo Belén María. Para realizar esta idea, la nueva carretera se inicia en la Avenida Marítima, a la altura de la calle Gordillo, y se prolonga hasta la confluencia de las calles Doctor Juan Domínguez Pérez y Juan Rejón. En esos ochocientos metros de distancia aproximada, se plantea un túnel de unos doscientos metros, con un carril por sentido, para el tráfico que se dirige o proviene del Sebadal.

El mayor problema de la obra será conseguir que los trabajos no supongan restricciones de tráfico que dificulten la circulación. La Consejería de Obras Públicas tiene la intención de que siempre haya tres carriles abiertos en el interior de la glorieta, pese a las obras.

Para ello, la configuración de la rotonda irá a cambiando a medida que se desarrollan las diferentes fases constructivas. La planificación que se ha puesto sobre la mesa es que la glorieta se vaya desplazando, alargándose o achatándose en función de las necesidades de cada momento de la obra, y mantener así un nivel de funcionamiento similar al actual.

La nueva Belén María tendrá su examen definitivo cuando esté en marcha la MetroGuagua. Las restricciones al tráfico que impone esta superguagua harán incrementar un 56% el número de vehículos que tomará la GC-1 como salida de La Isleta.

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