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Jandía, escenario de una guerra galáctica blindada a los curiosos

Jandía, escenario de una guerra galáctica blindada a los curiosos

Los carteles de acceso restringido anuncian la dificultad de conseguir, aunque sea robada, una imagen del set de rodaje de La Copa Roja, el título del spin-off de Han Solo, el piloto aventurero de la Guerra de las Galaxias. Dos controles de seguridad acaban con cualquier posibilidad de acercarse al universo Star Wars.

Catalina García y Cañada de la Barca (Jandía)

Jueves, 1 de enero 1970

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Por tierra, agentes de seguridad privada y militares impiden siquiera atisbar el campamento base de la Disney en pleno Parque Natural de Jandía, cuanto más ver el set de rodaje del poblado natal de Han Solo, el capitán aventurero de La Guerra de las Galaxias. Por mar, hasta la patrullera de la Guardia Civil hizo lo propio por lo menos un día. Por aire, dicen que controlan mediante drones a los incondicionales más arriesgados de la saga de Star Wars. En Cañada del Río, donde se rueda La Copa Roja -el por ahora título del spin-off de Han Solo- resulta casi imposible conseguir una foto del universo creado por George Lucas hace 40 años.

Arena, cabras y más arena son los únicos testigos del rodaje que se alargará hasta el mediados de junio. En la carretera, carteles naranjas indican la dirección en que se encuentra el campamento base y los decorados del planeta donde nació y vivió su juventud el luego capitán del Halcón Milenario. Cuando ya se pisa el Parque Natural de Jandía, los carteles de acceso restringido en varios idiomas esperan por las entradas de los caminos de tierra de Agualiques, Cañada del Río e incluso de Pecenescal.

Jaimas de cuero.

Entre la arena, el primer punto negro que apenas se mueve es un vigilante privado que amablemente te impide el paso. El segundo punto negro que, aún más lejos, se aprecia el control de los militares, más visible por la antena.

En Cañada de la Barca se localiza el acceso principal al campamento base y las furgonetas del rodaje no hacen sino entrar y salir por la pista que avisa que hay que circular a 30 kilómetros por hora y que, en inglés, confirma que el camino es zona de tránsito. A un kilómetro del primer cartel de aviso restringido, dos agentes más de seguridad privada terminan de cerrar el paso y nuevo carteles confirman que las fotos están prohibidas.

Con todo, algún incondicional de la saga consiguió ayer mismo imágenes del poblado de Solo «donde incluso se rueda de noche y donde las casas son como jaimas elaboradas con cuero». Habrá que creerle igual porque, ni enseña, ni vende fotos.

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