La pared oeste (en primer término) se desplomó en septiembre de 2022 y parte de la norte, la noche del 20 de enero de este año. C7
Freno (por fin) al deterioro del taro de Teguerey
patrimonio ·
El Cabildo anuncia que los trabajos de restauración y conservación de este ejemplo de la arquitectura tradicional agrícola van a empezar. Una segunda pared, la norte, empezó a desplomarse la noche del 20 de enero; la primera cayó en septiembre de 2002 al paso del ciclón Herminia
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El Cabildo de Fuerteventura acometerá la restauración, conservación y protección del taro de Teguerey, en el municipio de Tuineje, frenando una ruina que parecía inminente. La pared oeste se desplomó en septiembre con el agua y el viento del ciclón Herminia; y una parte de la norte, la noche del 20 de enero, como comprobó consternado al día siguiente Manolín Rodríguez Perdomo (Tuineje, 1951) que lleva años avisando del deterioro y posible desaparición.
Sin techo desde hace decenios, sin nada que sujete las paredes, las inclemencias del tiempo se ceban en este taro situado en Tuineje que, según fuentes orales, data de principios del siglo XVIII y perteneció a los propietarios de la Casa de los Coroneles. Con los siglos, cambió de dueños y de uso, y en la década de los 60 del siglo XX sólo funcionaba como almacén de grano y el pozo cercano estaba seco. «En menos de quince días, lo arreglan y frenan su deterioro», ha avisado casi invierno tras invierno este vecino de Tuineje.
El taro de Teguerey es único en Fuerteventura y en Canarias sólo existe otro parecido en otra isla. Su excepcionalidad radica en su tamaño, casi 100 metros cuadrados de capacidad, y por contener un pozo en su interior, ahora entullido, y una noria de la que sólo queda huella del eje. Los taros son parte de la arquitectura tradicional agrícola y se caracterizan por la planta circular. Su función era de almacén de grano, quesos o aperos de labranza.
El taro, cuando se cayó la primera pared en septiembre del año pasado, lo que hizo saltar las alarmas.
Javier MeLián / ACfi Press
Manolín Rodríguez no es el único que ha vigilado el deterioro del taro de Teguerey. Cuando pasó el ciclón Herminia, la asociación patrimonial El Efequén puso el grito en el cielo, reclamó su conservación y se preguntó «¿de qué sirve que el Cabildo cuente con una magnífica Carta Etnográfica —que recoge gran parte de nuestro patrimonio histórico— si después no actúa en su protección, mantenimiento y difusión?». La caída de la pared oeste de septiembre «pudo haberse evitado si las instituciones públicas hubiesen intervenido haciendo uso de sus competencias y deberes entre los que se encuentra la salvaguarda del patrimonio histórico insular», subrayó entonces El Efequén.
Para ejecutar estos trabajos, la primera institución majorera echó mano al decreto de ejecución subsidiaria ante la imposibilidad de notificar y por tanto requerirle a la propiedad de forma fehaciente que cumpla con el deber de conservación del inmueble. Cuatro días después de que cayera la pared norte, el pasado 24 de enero, la Inspección de Patrimonio Histórico del Cabildo se personó en este exponente de la arquitectura tradicional junto a la jefa de servicio del departamento de Patrimonio Cultural y la técnica del servicio de Infraestructuras. Todos comprobaron lo que la ruina pregona a los cuatro vientos: su «grave estado de deterioro».
Con los muros norte y oeste «totalmente derrumbados», cita el informe, y la grave situación del muro sur «descalzado e inclinado» y «cuyo derrumbe podría causar consecuencias muy graves», los técnicos consideran que existe un «peligro eminente de derrumbe total del edificio». En atención a la legislación vigente, el Cabildo quedó facultada para tomar medidas cautelares para la protección y conservación del bien protegido, actuando de oficio con el fin de evitar mayores daños y el posible derrumbe de la instalación, detalla el presidente Sergio Lloret.
El mismo decreto administrativo -necesario para la ejecución de los trabajos ya en marcha para la restauración del taro- advierte de las consecuencias legales que para los propietarios podría tener la desatención de inmuebles patrimoniales de estas características, que podrían derivar en la expropiación forzosa de los bienes. En paralelo, Lloret anuncia que seguirá con el expediente para la adquisición para que pase a formar parte del patrimonio público de Fuerteventura. Todo ello, sin menoscabo de que el Cabildo continúe con el expediente de adquisición para que pase a formar parte del patrimonio público de Fuerteventura.
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