La lucha contra las emisiones de CO2 empieza desde casa

Una huella que en 2021 volvió a marcar récord anual en Europa hasta alcanzar las 414 ppm (partículas por millón) de dióxido de carbono (CO2). Cifra muy superior a los objetivos que se marca la Unión Europea de reducción al 55% de las emisiones.

Según las previsiones de las Naciones Unidas, la población mundial podría llegar a 9.700 millones de personas en 2050, y a más de 11.000 millones en 2100.

Con el incremento de la población las emisiones aumentan y los recursos del planeta se agotan más rápidamente. «El intervalo en que más frecuentemente se encuentra la huella de carbono de una persona residente en España es de entre 3 y 4 toneladas CO2/año», señala el informe Cartografía Carbono 2020 realizado por The Planet App, una aplicación para reducir la huella de carbono desde el móvil.

Por ello, cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2 para concienciar sobre el impacto de estos gases en el clima y el medioambiente.

Sin embargo, las empresas son las grandes responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. «Este tema cada vez es más importante», comenta Jorge Portillo de Armenteras, CEO y cofundador de GreeMko. «El cumplimiento normativo es cada vez más restrictivo y cada vez hay más compañías con la sostenibilidad en su ADN», apostilla. «Es la hora de actuar y poner el medioambiente en el centro de nuestras decisiones, la inacción no es una opción», advierte Álvarez.

A pesar de ello, todavía es una asignatura pendiente en muchos consejos de dirección: «Solo el 19% de las empresas miden el 100% del alcance más cercano de sus emisiones», revela el fundador de GreeMko.

La llegada de la Covid-19 produjo una importante caída de la demanda energética a nivel mundial y con ella una reducción de estos gases. En el caso de España, durante 2020 las emisiones disminuyeron un 13,6% con respecto al año anterior y un 6% con respecto a 1990.

Este desplome viene acompañado de un fuerte rebote en 2021 como consecuencia de la recuperación de la actividad, según datos del Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA). No obstante, «no llega a niveles prepandemia», destacan.

Los números del Observatorio reflejan un aumento en diez millones de toneladas de CO2 con respecto a 2020 y 32,6 millones de toneladas menos que antes de la llegada del SARS-CoV-2. Sin embargo, alertan de que «el rebote continuará en 2022 y 2023».

Este crecimiento tiene su reflejo en el día a día: «Hay un incremento de temperaturas y el nivel del mar ha subido en 20 centímetros en los últimos años», señala Álvarez. «Cualquier sociedad se habría coordinado hace décadas», denuncia el profesor de la UPM.

A Kioto, le sucedió París y el problema sigue latente. «Hay que ver cómo funcionan estos pactos, pero no hay decisión pequeña», asegura Álvarez. Gestos internacionales que pueden ir acompañados por acciones particulares, «la inacción no es una opción», apostilla.

Los pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia a largo plazo, por ejemplo en lo relacionado con el transporte, los alimentos, las prendas de vestir o los residuos. Los españoles generan 442 kilos de residuos por persona al año, lo que supone un 9% menos que la media de los ciudadanos de la Unión Europea.

Sin embargo, España presenta un 53% más de presencia de residuos en los vertederos que el resto de los europeos, según un análisis publicado por EAE Business School. De hecho, el desperdicio alimentario incide de tal forma que, según el informe ‘Índice de desperdicio de alimentos 2021’, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y la ONG WRAP, alrededor del 10% de las emisiones totales de gases de los gases de efecto invernadero está ligado a la comida desperdiciada en hogares, comercios y restaurantes.

«Todos podemos tener un impacto positivo con una contra huella», recuerda Álvarez. Gestos cotidianos para luchar contra el cambio climático. «La sostenibilidad no es una meta, es un viaje», destaca el CEO de GreeMko.