¿Y si nos dedicamos solo a una cosa? Oda a la monotarea

La pone en valor Thatcher Wine, empresario estadounidense y fundador de la editorial Juniper Books, en su libro 'El método de las doce monotareas' (Libros Cúpula). «Nuestra capacidad de atención es una posesión preciada pero la regalamos a cambio de la dudosa promesa de entretenimiento rápido, conexión social, información o cualquier otra cosa que creamos querer o necesitar». Aquí, unos apuntes del autor para aprender a centrarnos en una sola cosa.

«Ver la televisión puede conllevar un exceso de estímulo visual y auditivo, mantenerse al día en redes sociales puede resultar estresante, pero abrir un libro y detenerse a leer ofrece un antídoto a esa sobrecarga digital», defiende Thatcher Wine, que recomienda «veinte minutos de lectura diaria» sin distracciones. De hecho, esos veinte minutos es el tiempo que recomienda dedicar a cada una de estas doce tareas al día, como entrenamiento para aprender a prestar dedicación exclusiva. Un apunte: «Un estudio de la Universidad de Seton Hall (Nueva Jersey) demostró que el hábito de lectura constante conlleva una disminución de la presión arterial y del ritmo cardiaco».

Los beneficios son sabidos: «Mejora la circulación sanguínea, el sueño y el estado de ánimo, fortalece huesos, músculos y articulaciones, reduce el ritmo de deterioro cognitivo, ayuda a perder peso...». El autor del libro recomienda caminar sin distracciones: «Si te cruzas con alguien saluda pero no te pares, no escuches música ni podcasts, no hagas fotos en el trayecto...».

«Los buenos oyentes son algo poco común. ¿Por qué resulta tan difícil escuchar?, ¿se ha vuelto más complicado ahora que el mundo es tan ruidoso?». Para entrenar la escucha, Wine recomienda dos ejercicios: el primero, una escucha unidireccional atendiendo a una grabación, un audiolibro, un podcast o una conferencia, «pero sentados y escuchados con intensa concentración». Y, en segundo lugar, «una escucha bidireccional, una conversación».

Insta a apagar tablets, móviles y televisor «al menos treinta minutos antes», abrir las ventanas antes de acostarnos «porque una temperatura por debajo de los 18 grados ayuda a conciliar el sueño», eliminar el ruido o «escuchar ruido blanco que incite al descanso», mantener la habitación «lo más oscura posible para facilitar el sueño profundo...».

Pocas ocasiones se nos presentan tan adecuadas para la multitarea como comer: hablamos con la familia, miramos el periódico, repasamos las redes sociales. Pues nada de eso. «Hay que reservar treinta minutos en silencio y sin móviles. Pruebe a observar la comida, sus colores, el aroma... y tomar un bocado cada vez, pensando en el sabor, si nos recuerda a algo del pasado...».

¿Cuántas veces va en el coche o el autobús mirando por la ventana? «Intenta primero viajar de pasajero prestando atención a lo que te rodea, aunque te aburras. Y luego prueba a conducir sin echar mano del móvil ni hablar con el copiloto...».

Internet facilita el aprendizaje pero fomenta la distracción. «Las empresas tecnológicas son muy buenas poniéndonos delante información que creemos necesitar. ¡Como si nos leyeran la mente!». Y así, vamos linkando de una a otra cosa, hasta que se nos olvida lo que estábamos buscando. Para contrarrestarlo, «antes de buscar algo en la red haz una lista como la de la compra, anotando lo que quieres encontrar: una clase para practicar inglés, un vídeo para aprender a tocar canciones de The Beatles con la guitarra... y cíñete a ese plan».

Esta monotarea no se antoja complicada porque «enseñar favorece la concentración, ya que divide la información pasos y tenemos que pensar en si la otra persona está atenta y aprendiendo».

«En Estados Unidos la recomiendación oficial es que los niños pratiquen una hora de juego físico al día, mientras que la directriz del Gobierno finés son tres». Él propone a los adultos empezar con veinte minutos: montar en bicicleta, jugar al baloncesto...

El dato asusta: «Los expertos en marketing digital estiman que un estadounidense está expuesto a casi 10.000 anuncios diarios, entre prensa, radio, vallas, televisión, internet... Así que tenemos la vista exhausta de tanto mirar». El desafío, «ver menos para ver más». ¿Cómo? «Mientras caminas, fíjate en lo que tienes a un metro, a cuatro, a treinta, a un kilómetro, alza la vista, bájala a los pies...».

Propone el autor una tormenta de ideas en solitario. «Si despierta tu creatividad, pon música de fondo y antes de empezar y sentarte haz un minuto de actividad física para que circule la sangre: salta, corre, mueve los brazos...».

«Pensamos en ir al gimnasio mientras estamos trabajando, pensamos en el trabajo mientras estamos en el gimnasio, pensamos en los recados que tenemos que hacer mientras tomamos un café con los amigos, pensamos en socializar mientras hacemos los recados en el súper... A menudo nuestro cuerpo está en una parte y nuestra mente, en otra».