La víctima del intento de asesinato de San Roque reclama justicia
La petición de 18 años de prisión para Antonio Gustavo O.Q por el intento de asesinato de su Ketty C.S.M., el pasado 16 de enero de 2017, es recibido por la víctima como un paso más hacia que se imparta justicia.
Conocer la petición de 18 años de prisión- 15 por asesinato den grado de tentativa y tres por maltrato continuado- de la Fiscalía de Las Palmas contra su marido, Antonio Gustavo O.Q., ha removido emocionalmente a Ketty C.S.M., que sobrevivió a las múltiples puñaladas que le asesto el lunes 16 de enero de 2017 en su casa del barrio capitalino de San Roque. «Por un lado estoy contenta porque ya se va a cerrar una etapa muy difícil en mi vida y por otro lado otra vez voy a revivir, cuando me digan fecha para el juicio, lo ocurrido y tendré que tomar ansiolíticos para poder descansar porque no es fácil. Enfrentarme a contarlo de nuevo es duro, pero estoy deseando que se me haga justicia. Confío en que esta vez la ley me apoye, y me va a dar una buena noticia y una buena respuesta», afirma la superviviente.
Aplaude que la Fiscalía solicite tres años por un delito de maltrato continuado, tras diez años de una convivencia plagada de episodios de violencia. «Estoy esperando que se me haga justicia no solo por lo que me paso en enero sino por todos los años de idas y venidas, de poner denuncias sin que me hagan caso, y de diez años de malos tratos», dice.
Se siente aliviada por ver que el proceso está llegando a su final con la próxima apertura de juicio oral contra su marido, y por ver cómo finalmente su calvario personal llega a su fin. «Yo estoy viva de milagro, llegué al hospital con el pulmón perforado. Estoy viva de milagro, hay mujeres que por menos han muerto, yo duré dos horas desangrándome hasta que vino la ambulancia», recuerda.
Denunció hasta en tres ocasiones previas
«Denuncié tres veces y nunca se me hizo caso, tuvo que pasarme todo esto para que se me hiciera caso, la verdad es que esa no es la idea. Si una mujer es maltratada de inmediato se le debe prestar atención y no llegar a ese extremo», recuerda Ketty. En esas tres comparecencias la mujer no se sintió en ningún momento arropada ni protegida. «Todas las veces que he denunciado no he recibido apoyo, me he sentido sola y abandonada», añade.
Aún recuerda con cierto desagrado aquellas visitas para denunciar a su pareja e incluso como el mismo se mofaba de que no iban a prosperar dichas denuncias. «Las veces que fui a denunciar me sentí que la delincuente era yo, el trato es pésimo, no atienden con un mínimo de consideración porque uno lo pasa realmente mal. El simple hecho de ir allí ya te impone y te pone de los nervios, repetir una y otra vez lo mismo no ayuda, parece que ponen en duda lo que estás contando y se pasa fatal. Además, mi experiencia con los abogados no ha sido nada buena», explica. A pesar de lo vivido, Ketty anima todas las mujeres víctimas de la violencia machista a denunciar los hechos, a no amedrentarse y pedir ayuda. «Que denuncien, que no se cansen. A veces me dio miedo pero no me callé. Yo puede denunciar tres veces pero hay mujeres que no tienen esa oportunidad», subraya.
Aún sigue con secuelas
Un año y tres meses después de que su marido intentara asesinarla a cuchilladas, Ketty aún tiene secuelas de ese ataque. «Gracias a Dios me estoy recuperando. Sigo con estrés postraumático, no se cuándo estaré del todo bien pero estoy viva», comenta. Sus brazos aún tienen secuelas del ataque sufrido en enero de 2017.