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Los insultos y las agresiones físicas en los hospitales cada vez son más frecuentes. Una de las más recientes de las registradas en Canarias tuvo lugar hace unas semanas en el servicio de Urgencias del hospital Insular de Gran Canaria.
Allí, una paciente clavó sus uñas a un enfermero, desgarrándole la piel y generando un sangrado importante, al tiempo que le profería un rosario de insultos. Para controlar la situación fue necesaria la intervención de un guardia de seguridad.
«Hechos como este son inadmisibles y atentan contra la dignidad y los derechos de los trabajadores. Somos el colectivo que más agresiones de diferente índole sufre en el transcurso de nuestra actividad profesional», señala Juan Trenzado, secretario provincial del Sindicato de Enfermería Satse Canarias, quien supo del ataque días después, cuando la víctima recurrió al sindicato para asesorarse.
Lo realmente grave es que este no se trata de un hecho aislado y, según los datos recabados por Satse, el año pasado las agresiones físicas y verbales sufridas por los profesionales de la enfermería en Canarias se incrementaron en un 78%. En concreto, se notificaron a Satse 153 actos violentos frente a los 86 de 2022.
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Las cifras del Servicio Canario de la Salud son más alarmantes; el año pasado se notificaron 431 agresiones (32 físicas, 321 verbales y 78 mixtas) frente a las 296 de 2022, lo que supone un aumento del 45%. «No podemos tolerar ni normalizar ningún tipo de agresiones, por más repetidas que sean», subraya Trenzado.
Por ello, Satse pide a la gerencia del hospital que revise las medidas de seguridad para implementarlas y mejorarlas con acciones correctivas que garanticen un trabajo seguro. «Nos resistimos a pensar que estas agresiones son inevitables», apostilla.
La mayoría de los episodios violentos se producen en las urgencias hospitalarias y de Atención Primaria: «la saturación y la sobrecarga de estos servicios es un buen caldo de cultivo que puede la posibilidad de agresiones por parte de familiares y pacientes».
Trenzado asegura que la cifra de agresiones en los centros sanitarios es aún mayor, porque la mayoría de ellas no se denuncian. «Tenemos una campaña permanente de información y sensibilización bajo el lema 'Stop agresiones' con la que instamos a los compañeros a denunciar cualquier agresión y se haga constar. Es el único camino que tenemos para que la administración tome conciencia de la gravedad del problema».
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