Uno de los violadores de la manada del Puerto: «Esto no significa nada para mí»

Es uno de los detalles aportados por la víctima en su relato policial. Además, la joven escuchó cómo otro de los presuntos agresores, Phillip J.O., decía en inglés -al igual que el anterior- que él no quería «meterse en problemas».

El tercer presunto integrante de la manada es Christoph I.K. Según las pesquisas policiales, al menos Alexander T. y Christoph habrían penetrado a la joven.

El magistrado titular del Juzgado de Guardia número 2 de Las Palmas de Gran Canaria acordó el pasado sábado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de los tres hombres acusados de violar a una joven el pasado jueves. A los tres acusados se les imputa un delito de agresión sexual.

El médico forense tomó muestras de sangre de la víctima, que se han remitido a análisis al Instituto de Toxicología de Tenerife para determinar si existió o no sumisión química.

El pasado jueves, la Policía Nacional detuvo a dos ciudadanos alemanes y uno italiano, al parecer trabajadores que permanecen en la ciudad de forma temporal, por su implicación en la presunta violación de esta joven.

Según el relato de la víctima, pudo haber sido drogada por los tres detenidos en Las Canteras, quienes luego presuntamente la violaron en grupo en el hotel donde se les arrestó.

De estos hechos tuvieron conocimiento empleados de dicho establecimiento, a quienes la chica recurrió presentándose en recepción desnuda para pedir socorro.

Mientras ella asegura que fue violada, los tres detenidos, de 25, 28 y 46 años, mantienen que las relaciones sexuales fueron consentidas.

De acuerdo con la investigación, el encuentro entre la joven y los tres hombres se produjo en la playa. Allí la invitaron a beber y, pese a su resistencia inicial, acabó accediendo. Uno de ellos apareció con una botella de Jägermeister y unos vasos de cristal transparente. La joven bebió, según su relato, presionada por ello, cuatro vasos.

Uno de los ejes de la investigación pasa por determinar si la bebida iba acompañada de algún producto que anulase la voluntad de la joven. Por eso se han remitido pruebas para el análisis en busca de compuestos químicos que pudieran producir una sumisión.

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Además, la joven presentó signos de violencia en el cuerpo, en concreto huellas de haber recibido bofetadas u otro tipo de golpes en la cara y nalgas, así como de succiones o ligeros mordiscos.

En la investigación se ha analizado también las imágenes de las cámaras de vídeo para determinar en qué estado se encontraba la joven desde el trayecto entre Las Canteras, su entrada en el hotel y la llegada a la habitación en la que ocurrieron los hechos.